Educando avestruces - 7 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 547758838

Educando avestruces

Esquivar un problema escondiéndolo no es una buena práctica en políticas públicas. Ese es el gusto que dejan los cambios recién aprobados por el Congreso respecto de las pruebas Simce. Los resultados existirán, se les informarán a los colegios, pero las familias solo conocerán los promedios comunales.

Por supuesto, la idea ha sido bienvenida por quienes batallan contra la "mercadización" de la educación. Para ellos el Simce fomenta la competencia, por lo que limitar su publicación "va en la dirección correcta". No se preguntan qué evitará que los colegios "filtren" resultados o cuáles son las implicancias para la Ley de Transparencia. Otros van incluso más allá planteando derechamente el término de las pruebas estandarizadas. Yo prefiero el análisis más desapasionado.

Los problemas con las pruebas tipo Simce no son novedad. En exceso y con un sistema de incentivos deficiente, estas pueden afectar negativamente el proceso educativo: Al colegio le puede convenir que los peores alumnos no las rindan y el docente tiene incentivos de enseñar solo para ellas. Por cierto, sabemos que el gremio entiende de incentivos, si no pregúntele a su directiva (disculpe la digresión, pero no me contuve). Como sea, el tema genera amplio debate en todo el mundo y Chile no es la excepción.

En nuestro sistema educacional medimos bastante, quizás demasiado, por lo que es aconsejable revisar la frecuencia de nuestras pruebas. A esto hay que agregar la atrasada discusión respecto del contenido de las mismas (¿miden calidad?) y el análisis global...

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