Educación: fin y medios - 21 de Mayo de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 931721558

Educación: fin y medios

A lo largo del siglo XX se volvió habitual pensar la educación como un instrumento de la sociedad; un complejo sistema que debía servir fines determinados por el Estado, las élites u otras poderosas fuerzas. Posteriormente, la idea de que la economía depende del conocimiento científico técnico reforzó este giro instrumental. Y los fines de la educación quedaron en manos de agendas externas a ella.Estas agendas representan los legítimos intereses de la política pública, las industrias y profesiones, organismos internacionales, grupos de investigadores y expertos, gremios docentes, movimientos estudiantiles, medios de comunicación, organismos de la sociedad civil, poderes locales y de la opinión pública encuestada.Cada uno de estos actores se manifiesta sobre cuál debe ser el propósito de la educación. El Gobierno busca ponerla al servicio de fines igualitarios; la oposición, de valores familiares. Los empresarios esperan que incremente el capital humano y la productividad de la economía; círculos académicos, que promueva el espíritu crítico e ideales emancipatorios.Ni siquiera los expertos están de acuerdo. Algunos temen que la educación está volviéndose cada día más unidimensional, presionada por indicadores de efectividad y mediciones de eficiencia. Ven acercarse el fantasma del gerencialismo. Otros, en cambio, la acusan de estar perdiendo su sentido e identidad, asfixiada por una minuciosa intervención administrativa. Ven inminente el fantasma de una burocracia kafkiana.Al mismo tiempo, esos mismos actores conciben la educación como un medio para resolver los graves problemas que afectan a nuestra sociedad: deterioro del medio ambiente; una ciudadanía iliberal; fallas de formación ética; consumo de alcohol y drogas; desequilibrios socioemocionales; escasa alfabetización digital.Además, según algunos, todo esto podría obtenerse sin mayor esfuerzo de los educandos y con unos procesos educacionales soft , relajados, sin tareas ni excesivas calificaciones, con una docencia horizontal donde profesores y alumnos concurren como co-creadores y co-constructores de conocimientos, espacios, saberes, identidades y cultura. Sobre todo, sin autoridad docente ni estructuras normativas dentro del aula.Lo que se halla ausente de este nuevo encuadre educacional son dos cosas.Por un lado, la preocupación por las funciones básicas de la educación: la cualificación de niños, jóvenes y adultos; la socialización de las nuevas generaciones, y la subjetivación de...

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