Economistas aterrizan la difícil situación de Brasil y no ven señales de ajuste
Un déficit fiscal creciente en los últimos años ha llevado al país a un fuerte endeudamiento. Las agencias de rating bajaron su calificación y perdió su calidad de país con "grado de inversión". Los escándalos de corrupción desatados el año pasado, que hoy sacuden al país, no han hecho más que empeorar la contracción de su economía.
"El país más afectado por la recesión de Brasil podría ser Argentina, debido a sus fuertes vínculos comerciales a través de Mercosur", plantea José De Gregorio en el último análisis de la economía global de The Peterson Institute of Economics. Y es que Brasil es el primer mercado para las exportaciones argentinas y capta el 46% de sus ventas industriales.
Según cifras de la Direcon (Dirección de Relaciones Económicas Internacionales), en 2015, el intercambio comercial entre Chile y Brasil cayó en 18% anual, acumulando US$ 7.967 millones. Las exportaciones chilenas a ese mercado retrocedieron 24% respecto del año anterior, principalmente por menores embarques cupríferos y de diversos productos industriales, y las importaciones descendieron 14% por menores compras de petróleo.
Sin embargo, la conexión más fuerte de la economía brasileña es con los países del Mercosur, por lo que les pega menos a los países que están en el Pacífico. Donde los efectos se ven más claros es en el ámbito financiero, porque a veces los inversionistas no distinguen la situación de los países de la región, que es muy distinta a pesar de enfrentar problemas similares.
"Cuando llegó la crisis financiera global de 2009, varios países -entre ellos, Chile- pusimos el pie en el acelerador fiscal. El problema es que Brasil se olvidó de sacarlo y la situación fiscal se ha deteriorado muchísimo. Brasil partió, además, con niveles de deuda mucho más altos que Chile, y hoy hay proyecciones de que la deuda pública podría empinarse hasta el 80% del PIB, con tasas de interés muy altas, lo cual genera una incertidumbre muy grande", dice Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda.
El período de ocho años del ex Presidente Lula (2003-2010) estuvo marcado por una fuerte expansión del consumo, incentivado incluso por el propio gobierno, apunta Manuel Agosín, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. "Se desarrollaron políticas sociales que pueden ser muy loables, como "hambre-cero", con ayuda directa a las familias más pobres a través de la tarjeta "bolsa familia" y subsidios para llevar a sus niños al colegio y a un consultorio...
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