Economías regionales y conflictos - 24 de Marzo de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 362152370

Economías regionales y conflictos

En primer lugar, las cifras macroeconómicas de Aysén dan cuenta de que en 2011 fue la región de mayor crecimiento del país -más de 19 por ciento, más que triplicando el promedio nacional- y con una de las más bajas tasas de desempleo, que en los últimos meses ha estado bajo el cuatro por ciento. Y en términos de ayuda estatal, el Ministerio de Hacienda ha informado que ella tiene la mayor inversión pública por habitante. Es cierto que los promedios y las cifras macroeconómicas pueden esconder la postergación de ciertos sectores, pero en tal caso las soluciones deberían apuntar a éstos y no a la totalidad de los habitantes, como lo ha planteado el movimiento aisenino al exigir subsidios generalizados y salarios mínimos regionales.

Aysén muestra así vivir un ciclo de dinamismo, que más pronto que tarde repercutirá positivamente en la calidad de vida de la región. Sería precipitado diseñar planes generales de beneficios de largo alcance, cuando se sabe que es una zona en expansión y que ya hay en marcha proyectos para responder a las necesidades de las zonas extremas. Para aquellos que estén postergados y con dificultades para integrarse a este dinamismo, se está discutiendo el proyecto de Ingreso Ético Familiar que apuntará a todos los chilenos en similar situación.

En el caso de Calama, la influencia de la actividad minera se refleja también en las cifras. Mientras la tasa de pobreza del país es de 15 por ciento, en Calama es de 10 por ciento, y en la Región de Antofagasta de ocho por ciento. Los indicadores de indigencia muestran similar tendencia: el promedio nacional es de 3,7 por ciento de la población; en Calama es de 0,5 por ciento. Estos resultados refutan la idea de que el dinamismo de las mineras de la zona sólo llega a unos pocos contratados o ligados a la actividad minera. Los ingresos autónomos (generados por las personas, sin considerar los aportes del Estado) de la Región de Antofagasta (248 mil pesos por hogar) casi duplican el promedio nacional (130 mil pesos), según la Casen 2009.

Es clave enfrentar las negociaciones sin que a nivel de opinión pública se tenga la imagen de que se trata de regiones que no están creciendo, con altas tasas de desempleo y de pobreza. Sólo así se podrán focalizar bien los recursos para ayudar a quienes realmente lo necesitan y cuyas necesidades no siempre están recogidas en estos petitorios generales.

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