El duro viaje de Franz Baar
Hasta allá llegaron también, a principios del invierno pasado, Franz Baar Khler (58 años) y su mujer Ingrid Szurgelies Selent (60), ex miembros de Colonia Dignidad, quienes también cargaban con una historia difícil: hace 10 años habían logrado salir de Villa Baviera, donde fueron víctimas de torturas, castigos y trabajos forzados.
-Fue Paola Olcese (en el pasado sindicada como la líder del grupo) quien nos invitó a vivir con ellos -cuenta Franz Baar.
Hasta entonces, la pareja estaba en una mediagua de nailon en un campo cercano a Lo Zárate, que les había prestado un abogado que los encontró viviendo prácticamente en la calle.
-Un día de mucho frío, caminando por el sector, los encontramos con su huerta tapada entera con lo que tenían, incluida su ropa interior para evitar que se quemara -dice uno de los integrantes de la comunidad.
Hoy, en el predio de la comunidad en Lo Zárate, Baar se levanta todos los días a las cinco de la mañana. Sea verano o invierno. Llueva o truene. Revisa alrededor de su casa. Les da de comer a los seis patos que caminan alrededor, recoge algunas hierbas. Recién cuando amanece, toma desayuno junto a Ingrid, su mujer desde que en octubre de 2001, él entró a hacer un mueble a la quesería de la Colonia Dignidad en la que ella trabajaba y en secreto, detrás de una puerta, hablándose por primera vez en la vida, hicieron el compromiso de casarse, un pacto que cerraron de la única manera que podían en ese lugar: con un apretón de manos.
Se casaron 17 días después.
Hoy Ingrid y Franz no se separan. Tampoco lo han hecho en ninguno de los lugares en los que han vivido desde que en 2003 lograron que la policía civil los sacara de la Colonia. A pesar de que en esa época Paul Schäfer estaba prófugo hacía años y habían procesos judiciales en curso, no podían irse por propia voluntad.
Franz Baar fue uno de los que dieron pistas que ayudaron a la captura de Paul Schäfer: dijo que el ex jerarca estaba vivo y dio los nombres de las personas que podían estar con él en Argentina. Los conocía a todos: Baar llegó a la colonia en 1963 a los 10 años. Hijo de un padre alcohólico y violento, su gran ilusión era ayudar a su madre y poder estudiar.
Su nombre real es Francisco Morales Norambuena, nació en Trabuncura y fue el primer niño chileno en integrarse a Colonia Dignidad. Paul Schäfer le dio el apellido de Hugo Baar, uno de los jerarcas del lugar, pero nunca fue adoptado legalmente. Su abogado Hernán Fernández explica que le pusieron el nombre como se hacía antes, lo que se llamaba la "adopción simple", que era una especie de contrato en que si un juez lo aceptaba, porque era para beneficio de un niño, se le podía cambiar el apellido, pero no adquiría la filiación, ni la herencia.
-Ni siquiera tenía zapatos cuando vio llegar a los alemanes, quienes le contaron que estaban haciendo...
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