Las dos caras de los VINOs DE PIAMONTE - 13 de Diciembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 589297454

Las dos caras de los VINOs DE PIAMONTE

La casa de los Sandri está en lo alto de una colina en Madonna di Como, un villorrio de la provincia de Cuneo, que es parte del Piamonte, noroeste de Italia. A solo 15 minutos de aquí en auto está Alba, la segunda ciudad más importante de la provincia. Sin embargo, parece tan lejos.

Desde el comedor de la familia Sandri, donde ahora un grupo de periodistas latinoamericanos sostiene una difícil aunque deliciosa lucha frente a los platos que salen y salen de la cocina, se ve una seguidilla de cerros cubiertos de viñas. Cada tanto un puñado de casas se amontona en la cúspide de alguna colina. Don Mario, el patriarca, apunta a un campanario al otro lado del valle. "De allá viene mi esposa", dice y luego señala en la dirección opuesta para mostrar dónde queda la zona de Barolo. Son siete kilómetros en línea recta.

El dato interesa. Planeo separarme del grupo precisamente para ir a Barolo. Esa es la verdadera razón para este viaje por el Piamonte.

Barolo es la zona que da nombre a uno de los vinos más reputados del mundo. Si los Asti son alegres y simples, los Barolo son elegantes y complejos. Y sobre todo, son caros. Es el tipo de vino que marca los límites que usan los amantes del vino para separase del común de los bebedores. Por eso, legiones de winegeeks de todo el mundo vienen a esta zona en un acto de devoción similar a la que se ve con los pinot noir en la Borgoña francesa.

A Mario, en todo caso, no le vienen con historias de vinos sofisticados. Lo suyo ha sido producir uvas moscato toda la vida (que van a dar a la viña Riccadonna) en sus parras que trepan los cerros de Madonna di Como, zona de donde él nunca salió. "¿Dónde voy a encontrar un lugar tan bello como este?", dice y nadie está interesado en contradecirlo. Quizá sea el paisaje que invita al relajo o la comida que sumerge en el placer, o las copas de Asti que tiñen todo con cierta alegría.

Cuando la matriarca de los Sandri llega con los postres, se suceden los chistes acerca de no volver más. Ni a Chile ni Perú. Ni siquiera dan ganas de regresar al Villa d'Amelia, el hotel de lujo en las afueras de Alba donde aloja este grupo de prensa.

"Bertha, mi hijo está soltero. Se puede quedar a vivir acá, si quiere", dice Mario.

La respuesta de Bertha es una risa interminable.

Mango es un pueblo con casi un centenar de casas, la mayoría de piedra, a unos veinte minutos de Alba. La Enoteca Regionale Colline del Moscato, ubicada en un antiguo castillo, domina la escena. Como buena...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR