Dos capitanes, dos pioneras - 2 de Mayo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 678182613

Dos capitanes, dos pioneras

A 1.339 kilómetros, en Santiago, la capitán Ana Campos, de 39 años, del servicio de Armas de Artillería del Ejército, madre de un niño de ocho años y separada de un comandante, se enteraba también del proceso de postulación a la Academia de Guerra. Pensó en las muchas mujeres que habían intentado ingresar, pero nunca lo habían logrado. Pero se dio cuenta de cuánto quería entrar para alcanzar el grado que le permitiría dirigir un regimiento.

Quedar aceptada no era una tarea fácil. Cada una por su cuenta comenzó a prepararse para los exámenes de ingreso. Verónica dejó en Antofagasta a sus dos hijos a cargo de su marido, y Ana mandó a su hijo de ocho años a vivir con su ex marido. Fueron tres meses en que cada una estudió la historia del Ejército, entrenó para las pruebas físicas y se preparó para un examen oral.

Hasta que el lunes 27 de febrero Ana Campos y Verónica Parra finalmente se encontraron. Era el día de la prueba de admisión. Con ellas se presentaron 116 hombres y dos mujeres más.

Dos semanas después, a cada una la llamó el comité evaluador. Ahí les dijeron por separado:

-Capitán, está aceptada en la Academia de Guerra.

Palabras que nunca habían sido dirigidas a una mujer. Ellas son las primeras. Y Ana por su especialidad en Armas de Artillería, es la única en la historia del Ejército que tiene la posibilidad de, en un futuro, llegar a ser comandante en jefe, el puesto más alto del Ejército.

Invasión de mujeres

Verónica Parra, antes de entrar al Ejército, antes de tener dos hijos, y de casarse con un capitán, vivía en Arica con su madre, y estudiaba Kinesiología en la Universidad de Tarapacá. Pero a ella le interesaban otras cosas, como las historias que contaba su hermano, un teniente coronel del Ejército.

-Le dije a mi mamá que quería entrar al Ejército, pero dijo que no, porque, imagínate, era la única hija mujer y además vivíamos solas las dos. Pero la convencí y postulé a la Escuela de Oficiales en Santiago.

El año 2000 Verónica Parra quedó aceptada. Eran 23 mujeres y más de 120 hombres, que pertenecían a la sexta generación en que se permitía el ingreso de mujeres. La primera vez fue en 1995. Antes las mujeres estudiaban en la Escuela de Servicio Auxiliar Femenino. Ahí desde su fundación, en 1974, se les instruía para que ejercieran servicios administrativos y logísticos.

Lo que motivó a Verónica a entrar era todo lo contrario: ir a hacer campañas, hacer deporte y las posibilidades en que podía desarrollar su carrera. Pero...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR