Donar vida en vida - 29 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 820989409

Donar vida en vida

E n la salud y la enfermedad eran unas palabras a las que el matrimonio de Helia Olivares y Alejandro Hernández no le habían tomado el real peso hasta que la vida los empezó a poner a prueba. Al comienzo, eran los desafíos que un proyecto de familia suele enfrentar:-A ver, nuestro hijo tiene diez años y antes estuvimos casados 10, así que llevamos unos 20 años juntos -saca la cuenta él, trabajador del área de logística de una empresa constructora-. Primero estuvimos 10 años tratando de tener hijos. Vivimos varios procesos juntos. Básicamente Helia, que no podía tener hijos, que tuvo que operarse unos miomas, esperar que se regenerara su útero y, bueno, después llegó Alejandro chico -recuerda el hombre de 50 años de edad.Su mujer, Helia Olivares, encargada del estadio municipal de La Pintana, apenas se acuerda de todo este proceso médico cuando hace su recuento de salud. Lo que está fresco en su memoria es cuando supo que tenía que someterse a un trasplante de riñón:-Soy una mujer sana, pero fui a un control médico y me encontraron la presión alta. Fui al cardiólogo, me pidieron unos exámenes, me dieron remedios. Pero después me dolió el estómago y fui a la Clínica las Condes, a urgencia. Me dijeron que tenía los riñones muy chiquitos, muy chiquitos y que era candidata a trasplante. De eso hace un año y medio.Helia pasó a integrar, como 2.700 chilenos, la lista de espera nacional de receptores que requieren algún órgano. Pero de pronto su condición se agravó:-Como que no asumía que me iban a trasplantar, me sentía relativamente bien. Mi vida era normal, iba a trabajar, llevaba a mi hijo al colegio, porque la enfermedad al riñón es sin dolor. Entonces, como que no asumía que tenía una enfermedad. Hasta que un día se me hincharon mucho, pero mucho, mucho los pies. El doctor me dijo: "Ahora te tienes que dializar para que llegues bien al trasplante. Y eso me afectó, porque uno pierde independencia, uno tiene que estar conectado a una máquina tres días a la semana por cuatro horas. Yo sentí que me cambió la vida. Y había personas que llevaban 17 años. Y gente de toda edad. Es muy duro.Fue entonces que Helia empezó a analizar la opción del trasplante de donante vivo, modalidad que la ley admite cuando el receptor sea pariente consanguíneo del dador hasta en cuarto grado de parentesco, su cónyuge o conviviente.-Los donantes vivos no solo contribuyen a que las listas de espera se descompriman, porque incluso en los países donde tienen los mejores sistemas de procuramiento de obtención de órganos hay una porción de pacientes que fallecen esperando. Los donantes vivos también proveen de una mejor calidad de sobrevida al receptor, porque la calidad de ese órgano será más alta -explica el doctor Erwin Buckel, jefe de la unidad de trasplantes de la Clínica Las Condes, donde este tipo de procedimientos se realiza hace 20 años-. Técnicamente, el médico se refiere no solo a que el procedimiento de extracción e implantación es en paralelo, con los pacientes en pabellones contiguos -permitiendo una recirculación del flujo sanguíneo casi inmediata por los tejidos del órgano-, sino que también a que en la etapa previa al procedimiento tanto dador como receptor han sido exhaustivamente analizados y preparados para el proceso.Helia Olivares cuenta cómo se vivió la decisión al interior de su grupo familiar:-Estando en diálisis, había gente que me decía que no le pediría a un familiar que le donara un riñón, y...

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