Los dolores del león - 2 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 522406390

Los dolores del león

-¿Te duele, Gonza?

Pero aquí, en esta cancha en Los Trapenses, donde practica con su entrenador Martín Rodríguez, puede estar el rival más importante de todos.

-Sí, me duele.

La rutina no aparenta demasiado. Rodríguez, que es argentino, le tira pelotas a Lama para que entre en calor. Pero cuando Gonzalo gira su tronco y se apoya en su pie izquierdo y se prepara para soltar esa derecha rabiosa que lo ha ayudado a ubicarse como el 204 mejor tenista del mundo, y el primero de Chile, algo pasa que lo detiene: el dolor.

Jean Romagnoli, el médico deportivo que lo ayuda, le revisa la planta de su pie izquierdo y le pone una cinta que debería disminuirle la molestia. Pero Lama, que la próxima semana tenía programado viajar a Estados Unidos para, por primera vez a sus 21 años, jugar las clasificaciones de un Grand Slam, no se acomoda. Antes de reventar de impotencia dos pelotas hacia los cerros, Gonzalo escucha eso que no quería.

-Es el Crohn -dice Romagnoli-. Por eso nos está costando que desaparezca la lesión del pie.

Tripas

Denise Lama dice que recuerda cómo era su hermano menor, previo al tenis.

-A Gonzalo le gustaba harto la película La máscara. Imitaba a Jim Carrey. La veíamos una y otra vez. También se tiraba desde la cama, imaginando que era un Power Ranger. Pensaba que nunca le iba a pasar nada.

Para él, en cambio, la vida parte antes: en una imagen que no recuerda, que solo existe por una foto.

-Mi papá era tenista del escalafón nacional. Me criaron con la raqueta en la mano. Tengo fotos de cuando tenía un año y medio y ya estoy adentro de la cancha, con raqueta.

Gonzalo Lama Deik, su padre, empresario textil, descendía de una estirpe de tenistas que había comenzado con sus tíos maternos, Elías y Salvador: dos campeones nacionales que defendieron a Chile en los años 30. Lama Deik también había jugado tenis universitario, durante los 70, en Estados Unidos. Que su hijo llegara al deporte, como antes lo habían hecho Denise y Constanza, sus dos hijas mayores, no fue, digamos, una casualidad. Sobre todo porque parecía una forma de canalizar toda esa energía que mostraba en su casa de Lo Barnechea. Al igual que sus hermanas, entró al colegio Nido de Águilas.

Los problemas comenzaron poco después, en 2001. Gonzalo Lama tenía 8 años.

-Me acuerdo de que nos fuimos de vacaciones a México. Me dolía el estómago y los médicos de acá pensaron que tenía amebiasis, que es un virus parasitario. Empecé a perder masa muscular. Así que me dieron una leche especial que se les da a los niños para subir de peso. Tenía mucha lactosa. Y yo soy intolerante a la lactosa. Ahí se me produjo todo. Me hicieron una colonoscopia, porque me dolía mucho la guata, y encontraron todas estas heridas. Nunca nada en mi vida me había dolido así. Los dolores eran como espasmos. De repente te dolía, de repente no. Y cuando te dolía, te apretaba y no te soltaba más.

Su padre igual recuerda la fiebre, las deposiciones con sangre y que de su pieza, en la clínica Las Condes, entraban y salían médicos.

-Mi hijo estaba asustado -dice Lama Deik-. Fue muy difícil detectar que era Crohn.

La enfermedad de Crohn, como explica Raúl Yazigi, el gastroenterólogo que actualmente trata a Gonzalo Lama, es "una enfermedad inflamatoria del tubo digestivo que afecta, especialmente, al intestino delgado". La dificultad para diagnosticarla reside, también, en el misterio que aún existe sobre su propio origen.

-No es hereditaria, no se sabe la causa -explica Yazigi-. Es...

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