La disputa permanente: Trotski, Lenin y Stalin - 23 de Abril de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 677657513

La disputa permanente: Trotski, Lenin y Stalin

-Así, ¿nos recomienda usted que salgamos del país?

-Exactamente y cuanto antes, mejor.

-Muy bien. Entonces mañana salgo para Suiza con mi familia.

-Ejem... Preferiría que salieran hoy mismo.

La primera parada de los Trotski fue Zúrich. Lev -para quien el socialismo no era tal sin su dimensión internacionalista- estaba indignado, porque la mayoría de los partidos de la Segunda Internacional apoyaron a sus respectivas naciones en el conflicto. Sin embargo, estaba seguro de que la "guerra imperialista" era el último respiro del capitalismo y que el "socialismo se levantaría sobre las cenizas de esta como el salvador de la humanidad", escribe Robert Service en su biografía sobre el revolucionario ruso.

Hacia el socialismo

En febrero de 1917, Trotski estaba instalado en Nueva York, donde la principal preocupación era boicotear la guerra. Por eso quedó sorprendido cuando llegaron las noticias de huelgas y manifestaciones en Petrogrado (ex San Petersburgo), que llevaron a que Nicolás II abdicara el 2 de marzo.

"Rusia volvía a entrar en una fase revolucionaria, y Trotski sentía que sus predicciones se cumplían", escribe Service. Apenas pudo, se embarcó de vuelta a Europa, de ahí en tren a Rusia y el 4 de mayo ya estaba en Petrogrado, dispuesto a evitar que los mencheviques y los socialistas revolucionarios apoyaran al gobierno provisional ruso (de corte liberal y burgués, según su juicio), que, entre otras cosas, era partidario de continuar con la guerra.

Trotski fue recibido entre aplausos y alzado en hombros cuando bajó del tren. "Era un héroe revolucionario", dice Service. "Había dirigido el primer Sóviet de la capital una docena de años antes (durante la revolución de 1905). Había pasado diversos períodos encarcelado, y en Siberia. Sus escritos políticos le habían dado fama. Nadie, fuera del partido que fuese, podía igualarle en su brillantez como orador".

En esa fecha, Vladimir Lenin (Rusia, 1870) llevaba un mes en Petrogrado. El levantamiento de febrero lo pilló exiliado en Zúrich, tampoco lo esperaba, y de inmediato organizó las cosas para volver a Rusia y presionar contra la idea de su partido, el bolchevique, de apoyar al gobierno provisional: la ortodoxia marxista interpretaba los hechos de marzo como una revolución burguesa, de ahí en adelante había quienes -como Stalin- pensaban que esta debía consolidarse, pasar a una etapa de desarrollo capitalista para, en el mediano plazo, llegar a la revolución proletaria; mientras que otros, como Lenin y Trotski, creían que estaban dadas las condiciones para saltar, sin más, de una a otra.

Hasta 1917, Lenin y Trotski habían sido rivales. El segundo había simpatizado con los mencheviques, pero el nuevo escenario los acercó, especialmente por la idea compartida de implantar un gobierno de los trabajadores. Según Service, Trotski "había mantenido esta misma opinión desde mucho antes de que Lenin se contorsionara ideológicamente para justificar una llamada a la revolución socialista". Y agrega: "El único reconocimiento del cambio de postura hay que percibirlo en su llamada a abandonar el 'viejo bolchevismo'. Cualquier otra alternativa equivalía a reconocer que estaba equivocado, y no era esa una actitud propia de Lenin".

Este llegó a Petrogrado en la tarde del 9 de abril de 1917. Según cuenta Orlando Figes en "La revolución rusa (1891-1924)"...

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