Disminuyen reptiles y anfibios cordilleranos por presión humana y pérdida de hábitat
Y no se trata solo de una impresión. El herpetólogo Andrés Charrier, investigador del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la UC y del Instituto de Ecología y Biodiversidad, realizó un censo de las ranas que habitan un río aledaño al centro invernal La Parva y lo comparó con otro realizado a fines de la década de 1970.
Descubrió que, al menos, una de las especies, la Alsodes montanus, había experimentado una notoria disminución. "En zonas donde antes se contabilizaban hasta 18 individuos por muestreo, ahora con suerte llegamos a ver seis o siete", cuenta Charrier, quien desarrolla su investigación con un fondo del Ministerio de Medio Ambiente.
También se ha visto una merma en las lagartijas que habitan la misma zona, reconoce Herman Núñez, herpetólogo del Museo Nacional de Historia Natural. Desde el año 1985, junto con dos investigadores de la U. Estatal de Oklahoma, EE.UU., Stanley Fox y Enrique Santoyo-Brito, se ha dedicado a estudiar las poblaciones de especies, como la lagartija leopardo, la negro verdosa, la esbelta y la de Schroeder. "Las poblaciones se están desplazando hacia las zonas más altas".
Una de las razones es el cambio climático. "Ya no resisten las zonas más bajas, porque allí la temperatura ha ido aumentando y tiende a buscar zonas más elevadas, por su menor temperatura". El problema, dice, es que conforme van subiendo, el hábitat disponible se va haciendo cada vez más pequeño y la cantidad de alimento se reduce. La consecuencia es que las poblaciones disminuyen, porque deben adaptarse a una cantidad menor de recursos. "Cada vez que una población desaparece, hay una pérdida de diversidad genética".
Esto es algo que ya ha ocurrido en el pasado, pero lo complejo ahora es que está ocurriendo a una velocidad más acelerada que lo habitual
"No espero que encontremos dentro de la genética de la lagartija algún tipo de remedio, pero cuando ocurre esta situación de desaparecimiento de poblaciones y empobrecimiento genético, lo que se tiene es un debilitamiento de la especie completa y eso la puede llevar a la extinción".
No solo el clima explica los desplazamientos y disminuciones de población. La presencia humana también contribuye.
"Hay una importante pérdida de hábitat por la transformación del terreno", reconoce Núñez.
Cuando hizo el censo de anfibios, a Charrier le llamaron la atención las grandes variaciones de caudal que presentaba el río de La Parva de un mes a otro.
Resultó que el agua era captada en la parte...
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