El discurso que Aylwin iba a leer en Cuba: 'Mi padre habría estado orgulloso de estar en este acto' - 22 de Febrero de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 666671529

El discurso que Aylwin iba a leer en Cuba: 'Mi padre habría estado orgulloso de estar en este acto'

Vengo a dar gracias en representación de nuestra familia, por este homenaje póstumo a Patricio Aylwin como un líder que luchó por la democracia y la paz.

Más nos reconforta que sea una agrupación de jóvenes quienes le reconozcan, la Red de Jóvenes por la Democracia en América Latina. En mi país, que vivió una dictadura militar durante 17 años, un porcentaje importante de jóvenes no sabe lo que es vivir en dictadura y ven con desapego lo difícil que puede ser jugarse por valores fundamentales como la libertad, la justicia, la dignidad humana cuando hay un régimen que prefiere la represión sobre la libre expresión de ideas, opta por la fuerza en vez de la razón y el diálogo, cuando la legitimidad se sustenta en el temor a la libertad.

Ningún concepto es mejor para definir la vida de mi padre que la de un demócrata. Era un hombre de derecho, respetaba las diferencias, era dialogante, tenía firmeza y coraje para defender sus convicciones, pero nunca se sintió el único dueño de la verdad y supo conciliar muy bien los sueños e ideales de justicia, con una capacidad de actuar sobre la base de la realidad.

Por eso, en Chile, como lo pretendió Oswaldo Payá, cuando muchos creían que la dictadura de Pinochet sería derrotada por la movilización social, cuando muchos también sostenían la lucha armada, cuando ambas estrategias chocaban con la realidad de un gobierno basado en la fuerza, Patricio Aylwin propuso derrotar al régimen con sus propias armas. Aprovechar la Constitución ilegítima de Pinochet de 1980, para usar el sistema que pretendía perpetuarlo en el poder. Significaba inscribir los partidos políticos que estaban proscritos, bajo su ley. Lograr inscribir en el registro electoral a más de 7 millones de chilenos y aceptar participar en un plebiscito hecho a la medida del régimen militar. Para asumir ese desafío, la oposición democrática debió dejar atrás sus antiguas divisiones y unirse en un proyecto común. Era la pelea de David contra Goliat, pero finalmente lo logramos. En 1988 el pueblo chileno dijo NO a la continuidad de la dictadura, con un lápiz y un papel. Debió pasar un año para que hubiera elecciones libres de Presidente de la República y se restaurara el Congreso Nacional que estuvo suspendido entre 1973 y 1990. Mi padre asumió como Presidente de la República en 1990 con una coalición llamada Concertación por la Democracia, que, restituyendo gradualmente la institucionalidad y la convivencia democrática y, sobre todo, reconciliando a...

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