Dinámicas de población y vivienda en las áreas urbanas de un grupo de ciudades medias españolas no integradas en áreas metropolitanas. - Vol. 49 Núm. 148, Septiembre 2023 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 945361438

Dinámicas de población y vivienda en las áreas urbanas de un grupo de ciudades medias españolas no integradas en áreas metropolitanas.

AutorCebrián-Abellán, Francisco

Introducción

La investigación sobre procesos de conformación y transformación de las áreas urbanas y metropolitanas se ha centrado habitualmente en las ciudades grandes. Son pocos los trabajos que analizan estas manifestaciones en el entorno de las ciudades de tamaño medio. En este caso se participa en el debate sobre el alcance territorial de la dispersión urbana, considerando el comportamiento demográfico y de vivienda a escala municipal. Hay que tener presente que desde comienzos de siglo XXI se han dejado sentir acusados procesos de crecimiento en las ciudades centrales, en sus periferias cercanas y en los municipios limítrofes. Pero posiblemente lo más llamativo ha sido la importante transformación periurbana, que ha dejado impactos socioeconómicos, territoriales y paisajísticos, aunque ha tenido una incidencia desigual según los casos. Estos procesos de dispersión han sido la nota dominante a la hora de entender lo sucedido en los cambios morfológicos, edificatorios y sociales en el alfoz de las ciudades medias, en las que el aumento de la mancha urbana ha sido la nota dominante. Se trata de un fenómeno marcado por profundos contrastes temporales y espaciales, ya que se han sucedido periodos de clara expansión urbanizadora, especialmente dirigida hacia las periferias a comienzos del siglo XXI, con otros de cierta atonía después de la crisis de 2008.

En este trabajo se analizan los cambios operados durante un ciclo largo, que incluye el periodo 1981 a 2011. Se pretende entender la redefinición territorial de las ciudades en esos treinta años. Partimos de la hipótesis de que ha sido un proceso generalizado, aunque selectivo y desigual en lo territorial, ya que ni todas las ciudades se han comportado de igual manera ni las diferentes áreas urbanas han respondido con las mismas lógicas de transformación.

El objetivo y alcance de este trabajo es clasificar los municipios del área urbana de un grupo de ciudades medias españolas analizando los cambios en población y vivienda, tomando como referencia las dinámicas de las respectivas ciudades centrales. Se considera ciudad media, en este caso, aquella cuya población se encuentra entre los 50.000 y los 300.000 habitantes.

El texto se ha organizado en tres partes. En la primera se hace una revisión del estado de la cuestión, a partir de una selección de la literatura de las últimas décadas en el ámbito internacional y español. En el segundo se presenta el marco metodológico que se ha utilizado, apoyado en el análisis de diagramas de dispersión a partir de datos censales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de población y vivienda (INE, 2003, 2013, 2021). En el tercero se presentan los resultados, haciendo una clasificación de los municipios. Finalmente se realiza una discusión y conclusión.

El estado de la cuestión

La dispersión urbana está asociada a procesos complejos y multicausales, con consecuencias sociales y territoriales intensas (Colantoni et al., 2016; Hogan & Ojima, 2008; Squires, 2002). Es resultado de factores subyacentes e interdependientes de naturaleza diversa, que han sido abordados desde la economía urbana, la sociología urbana, la geografía económica o la geografía urbana. Estos planteamientos explicativos ayudan a entender los procesos de reinterpretación de la ciudad a partir de los patrones de desarrollo urbano, con manifestaciones diferentes según los contextos, y que están cada vez más estandarizados a escala global (Méndez, 2019; Pahl, 2013; Phelps, 2010). En cuanto a sus expresiones territoriales, la dispersión urbana se ha analizado desde la morfología urbana y la planificación urbana (Hall, 2014). La geografía urbana le ha prestado atención a partir de las lógicas de la periurbanización (extensión territorial de la ciudad) (Marchal et al., 2019) o de la contraurbanización (cambio de escala de la ciudad) (Dematteis, 2015). Lo cierto es que la dispersión urbana tiene muchas lecturas disciplinares, interpretativas, territoriales y temporales que son complementarias, aunque la atención se ha dirigido hacia las ciudades de mayor tamaño.

Ahora bien, junto al interés creciente por analizar estos procesos, queda de manifiesto la falta de una definición consensuada sobre el significado de la noción "dispersión urbana" (Richardson & Chang-Hee, 2004). No es extraño, por ello, encontrar propuestas diferentes según las características, los fenómenos y el despliegue territorial en cada uno de los contextos socioculturales considerados (Phelps et al., 2006). En general, ha sido considerado tradicionalmente un proceso que ha derivado en un modelo de ciudad surgido en el ámbito anglosajón, con su máximo exponente en Estados Unidos (Squires, 2002). Desde la literatura norteamericana, que ha sido pionera en analizar el fenómeno, se ha caracterizado la dispersión urbana-- el urban sprawl--por la baja densidad, continuidad, concentración, acumulación, centralidad, nodalidad, mixtura de usos y proximidad en el uso del suelo (Galster et al., 2001). Y también por la dependencia del automóvil y la proliferación de nuevos desarrollos elitistas alejados de los sectores deteriorados (en lo social y en lo arquitectónico) de la ciudad compacta (Squires, 2002, p. 5). Lo frecuente es encontrar espacios urbanos de nuevo cuño salteados y dispersos, que conviven con ejes y nodos comerciales distribuidos a lo largo de las principales arterias de comunicación. Desde el punto de vista de la tipología de vivienda, predomina la baja densidad edificatoria. Y todo aparece condicionado a la accesibilidad y a la diversidad de espacios especializados desde el punto de vista funcional (Duanay et al., 2000; Ewing & Hamidi, 2015, pp. 413-414).

Desde la perspectiva evolutiva, Garreau (1994) presentaba la dispersión urbana como resultado de un proceso secuenciado en el tiempo y no planificado, organizado en tres periodos en los que la ciudad penetra en los espacios rurales: el primero asociado al desplazamiento de la población (en forma de crecimiento de las residencias); el segundo vino de la mano de la creación de los grandes malls periféricos; y el tercero fue resultado del desplazamiento de empresas vinculadas a un sector servicios no comercial. Es, por tanto, el contrapunto de la tradicional ciudad compacta, caracterizada por la continuidad territorial, la mixtura funcional, las elevadas densidades, la buena accesibilidad y el predominio de los espacios públicos. Es un modelo de ciudad que ha ido pasando por diferentes etapas de desarrollo urbano, dejando en las últimas de ellas la transición de la suburbanización a la desurbanización y posteriormente a la reurbanización.

La experiencia europea mediterránea pone de manifiesto que se ha reproducido este modelo, que ya es una realidad generalizada. Aquí el proceso de implantación han sido más tardíos, iniciados alrededor de las grandes ciudades a partir de la década de los noventa (Salvati & Gargiulo, 2014). En la bibliografía italiana lo presentan como una de las expresiones más importantes de la reorganización territorial de la ciudad a partir de la lógica de la distribución espacial de funciones (Dematteis, 2015). Lo cierto es que la dispersión urbana aparece más como un proceso controvertido de reorganización territorial y cambio urbano, que como un tipo de urbanización. Ha sido especialmente intenso y se apoya en asentamientos, muchos de ellos de nueva planta (Indovina, 2009). La geografía francesa lo entiende como un espacio construido de densidades enrarecidas, en el que se combinan varios objetos urbanos, como casas unifamiliares, casas multifamiliares, carreteras, centros comerciales y zonas industriales. Cada uno de ellos aporta, a título individual, la idea de homogeneidad. Desde el punto de vista de la vivienda, la peculiaridad es la diseminación de casas unifamiliares, nuevas subdivisiones y núcleos mixtos que conviven con actividades agrícolas (Sateriano & Salvati, 2016). El proceso ha sido también abordado, implícita o explícitamente, desde diferentes enfoques y escalas en el ámbito académico español, tanto por la geografía (Bellet & Olazábal, 2020; Burriel, 2008; Feria, 2018; Lois et al., 2016; Moliní & Salgado, 2012; Ponce, 2006; Romero, 2010) como por el urbanismo (Gaja i Díaz, 2006; Górgolas, 2019; Herce, 2013; Monclús, 1998; Naredo & Montiel, 2011). A la vista de todo lo anterior, queda claro que la dispersión urbana tiene un valor morfológico, operativo y operacional.

La intensidad del proceso descrito ha sido tal que, desde hace más de una década, la Unión Europea ha puesto su mirada en esta forma de organización urbana, caracterizada por la fragmentación, la especialización de los usos del suelo y la baja densidad, que crece desde los bordes urbanos hacia espacios más alejados. Forma parte de las dinámicas de expansión territorial de la ciudad marcada por las condiciones del mercado, con bajo control en la planificación y desde la lógica de la discontinuidad (European Environmental Agency [EEA], 2006). Se hace complicado describir y analizar los modos de expansión territorial, ya que incluye variaciones en densidad, crecimiento de ratios, geometría espacial, accesibilidad, discontinuidad, estética, especialización de usos, debilidad de servicios públicos, dependencia del automóvil ... A pesar de las aproximaciones al concepto, que son complejas y sistémicas, la dispersión suele estar asociada a las características de los asentamientos (en términos de habitabilidad y de asentamientos) y de paisaje (en términos de cambio de los tradicionales caracteres). Aparecen, en definitiva, formas periurbanas que revelan nuevos mecanismos asociados con el concepto de no-ciudad, que lo reducen a una simple y única función económica (Hogan & Ojima, 2008).

Desde diferentes ámbitos académicos y territoriales han surgido voces que han criticado los efectos de la dispersión urbana, especialmente en las formas de segregación socioespacial (Capel, 2016; Harvey, 2013; Muñoz, 2008; Pahl, 2013; Sevilla, 2013)...

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