Dimensión económica del mensaje - 23 de Mayo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 570803730

Dimensión económica del mensaje

De acuerdo con el último Informe de Cuentas Nacionales del Banco Central, durante el primer trimestre de 2015 el producto interno del país creció 2,4% respecto de igual período del año anterior. La mayor fuente de crecimiento fue la demanda interna, fuertemente influenciada por el consumo del Gobierno, que tuvo un aumento de 5,6% en el mismo período. Por el contrario, la inversión, otrora pilar del crecimiento, experimentó una nueva caída (-1,7%), acrecentando las dudas respecto de la reactivación de una economía que lleva más de un año sin mostrar claros signos de recuperación.

En este contexto, el mensaje presidencial del 21 de mayo era esperado con gran expectación. El acto brindaba la oportunidad para plantear una detallada agenda conducente a reactivar la economía, lo que no ocurrió.

Anuncios sectorialesEn el discurso presidencial fue notoria la ausencia de un reconocimiento del impacto provocado por la agenda de reformas estructurales sobre el desempeño económico. El acotado alcance de las medidas presentadas, la falta de iniciativas concretas que devuelvan la confianza y la ambigüedad en cuanto a proyectos emblemáticos producen inquietud.

Si bien los anuncios en materia de capacitación (expansión del programa Más Capaz, el que aún no ha sido evaluado), banca (incorporación de estándares internacionales a Ley General de Bancos), emprendimiento (apoyo al desarrollo de negocios de empresas de menor tamaño), mercado de valores (fortalecimiento de la Superintendencia de Valores y Seguros), déficit hídrico (construcción de ocho embalses y desarrollo de plantas desaladoras), se hacen cargo de algunas de las necesidades del país, es difícil imaginar que en su conjunto signifiquen un cambio importante en la productividad nacional. Lo mismo se concluye al examinar las propuestas sectoriales. Los anuncios en pesca (proyectos de investigación para mejorar gestión en el sector), agricultura (estatuto para temporeros) y minería (apoyo a la formación permanente en el sector), si bien son bienvenidos, no parecen suficientes para reemplazar al gasto público como motor del crecimiento. Tampoco se espera que la batería de medidas pueda revertir, por ejemplo, la continua caída de la inversión.

A lo anterior, es necesario agregar anuncios que si bien sacan aplausos -como la deficiente "Ley Ricarte Soto"-, no pueden ser realmente examinados por no contar con mayores detalles. Es el caso, por ejemplo, del fin de los trabajadores que cumplen funciones...

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