En un difícil momento, Dilma pierde un aliado clave con la rebelión del presidente del Congreso
El diputado del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) -que forma parte de la coalición de gobierno y es el más grande del país-, se declaró públicamente "opositor", aumentando la presión sobre la Mandataria, que ha sufrido contundentes derrotas en el Legislativo desde que Cunha asumió la jefatura de la Cámara Baja, en febrero pasado.
Lo que detonó esta ruptura es la investigación le que abrió la fiscalía en el marco del caso de la estatal Petrobras. Un acusado señaló el jueves que el político habría pedido un soborno de US$ 5 millones a una empresa por un contrato con la petrolera. Cunha, quien ya había sido investigado por corrupción, negó las acusaciones y aseguró que hay una persecución política para sacarlo del cargo.
"No voy a ser intimidado para que mis posiciones sean favorables al gobierno", lanzó Cunha, uno de los 22 diputados investigados por la fiscalía. "Si Dilma y el gobierno me quieren como enemigo, lo consiguieron. No habrá más tregua. No seré intimidado", sentenció.
Las amenazas del presidente de la Cámara Baja, tercero en la línea jerárquica de poder y encargado de indicar el orden de las votaciones en el Congreso, se hicieron de inmediato realidad.
Cunha, a quien algunos llaman el "Frank Underwood" de la política brasileña -por el maquiavélico personaje de la serie estadounidense "House of Cards"-, anunció ayer la instalación de dos comisiones parlamentarias de investigación contrarias a los intereses de la Presidencia: una relativa a presuntas irregularidades en los fondos de pensión, y otra a presuntos desvíos en el Banco de Desarrollo Económico y Social.
El político además dijo que en el próximo congreso del partido, en septiembre, propondría la salida de la fuerza política de la coalición de gobierno.
El PMDB, que tiene la mayor bancada en el Parlamento, con 67 diputados y 17 senadores, además de seis ministros y la vicepresidencia de Brasil, es el socio principal de la coalición oficialista, liderada por el Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff.
Sin embargo, Michel Temer, Vicepresidente de la República y presidente nacional del PMDB, aseguró que la posición de Cunha "es personal" y que no tiene respaldo institucional del partido.
Delicada situación
El quiebre empeora el tóxico ambiente político que afecta a la mayor economía de América Latina y pone en aprietos a la Presidenta, quien sigue viendo cómo el apoyo a su gestión se hunde, mientras se enfrenta a crecientes llamados a un juicio político.
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