Diego, el donjuán de Galápagos - 18 de Marzo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 671599673

Diego, el donjuán de Galápagos

Existió Popeye, adoptado por marineros en una base naval ecuatoriana. También hubo un Solitario George, el último de su linaje, que pasó años ignorando a las hembras con las que compartía una jaula.

Además está Diego, un macho vetusto que es lo opuesto a George.

Diego ha procreado a cientos de crías: 350 según cálculos conservadores o unas 800 según los cálculos más fantasiosos. Sin importar cuál sea la cifra, son buenas noticias para su especie, Chelonoidis hoodensis, que estaba al borde de la extinción en los años 70. Apenas quedaban más de una decena de sus familiares; la mayoría de ellos eran hembras.

Después llegó Diego, que en 1977 regresó a las Galápagos desde el zoológico de San Diego. "Seguirá reproduciéndose hasta que muera", dijo Freddy Villalva, quien lo cuida a él y a muchos de sus descendientes en un centro de reproducción en este complejo de investigación, ubicado en una costa volcánica rocosa. Las tortugas generalmente viven más de 100 años.

Las historias sobre Diego y George demuestran lo mucho que las Galápagos, en Ecuador, han servido como laboratorio evolutivo del mundo. Muy a menudo, el destino de toda una especie que ha evolucionado a lo largo de millones de años puede depender de la supervivencia de un día al otro de tan solo uno o dos animales individuales.

Diego y sus descendientes son parte de una de las iniciativas más destacadas para hacer que prosperen las poblaciones de tortugas de las Galápagos. Se estima que quizá tiene un siglo de edad y es uno de los principales motores de una recuperación notable de la especie hoodensis: ahora hay más de 1.000 de esas tortugas en la isla Española, una de las muchas en las Galápagos.

Su historia contrasta con la de Solitario George, que quizá era el residente más famoso de allí cuando murió en 2012 y tenía casi 100 años. Su especie, Chelonoidis abingdonii, ahora vive solo en camisetas y postales porque George, encontrado en 1971 por un biólogo en la isla de Pinta, jamás procreó ninguna cría en cautiverio.

En las Galápagos, alrededor de 11 de casi 115 especies animales conocidas se han extinguido desde que los científicos comenzaron a llevar registros. Sin embargo, el establecimiento de un parque nacional, así como los esfuerzos de los científicos, significa que las extinciones son una rareza. Por eso la muerte de George fue un golpe tan fuerte.

Los científicos hicieron todo lo que pudieron para sacar más abingdonii de George y sus parejas. Cuando George murió, una autopsia...

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