Dicebamus Hesterna Die - 17 de Octubre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 850490703

Dicebamus Hesterna Die

"Decíamos ayer", dijo Fray Luis de León a sus alumnos al retomar sus clases de la universidad, después de pasar 5 años en prisión condenado por la inquisición. Hoy regreso a mi labor en este diario tras casi 3 años ausente de estas páginas.Para los que no se enteraron, les quiero contar que abandoné mi columna para incursionar en la política activa, donde tuve un éxito más bien modesto. Cuando todo Chile esperaba una revolución copernicana gracias a mi participación, mi contribución dejó la tierra donde estaba, la política algo peor que cuando entré y la educación marginalmente mejorada, a pesar de los denodados esfuerzos de algunos por obstaculizar todo avance. Muchos me han preguntado por mi experiencia en la política y por eso quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones (por si a alguien le sirven).Lo primero es que mi pasada por ella solo reafirmó mis creencias respecto de las limitaciones del Estado y los riesgos de la mala política. La gestión se encuentra divorciada de la política y todo lo bueno que se puede hacer en lo primero (y es mucho) es política y mediáticamente invisible, así es que a nadie le importa.La falta de agilidad del aparato público frustra al más entusiasta servidor público. Resolver temas que en el sector privado son triviales, en el público son kafkianos. Y existen varias razones para ello, en particular que se trata de dinero público, esta restricción hace del Estado un organismo muy ineficaz para solucionar problemas (de ahí el éxito de los privados resolviendo problemas sociales, como los colegios subvencionados, la Teletón o el Hogar de Cristo). Hoy, el Estado chileno gasta más que lo que Uruguay produce en un año, pero presta malos servicios en sectores clave para la población. La falla del Estado es la cuna del descontento social y no lo solucionará la Constitución ni es culpa del neoliberalismo.Es necesario modernizar la regulación laboral del Estado. No se puede premiar al que lo hace bien ni despedir al que lo hace mal. Ergo -salvo muchas y honrosas excepciones-, los funcionarios juegan al empate. Esto sí tiene solución y pasa por aplicar el Código del Trabajo al sector público (salvo a las FF.AA. y Carabineros). Un millón de chilenos trabajan para el Estado, en promedio producen...

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