Días de horror en un hogar del Sename - 20 de Febrero de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 860346042

Días de horror en un hogar del Sename

"!Le están pegando a mi hermano¡".El grito de Javier, de 14 años, fue lo último que se escuchó antes de que todo se descontrolara. En la escena, frente a él, estaba su amigo Sebastián, de 17, golpeándose en el suelo con un carabinero. Sus nombres, al igual que los de los otros menores de este reportaje, fueron cambiados.Horas antes, a las dos de la tarde de ese miércoles 18 de noviembre de 2020, educadoras del hogar Carlos Macera de Talcahuano -perteneciente al Sename- llamaron a Carabineros, siguiendo el protocolo de seguridad y apoyo para casos que no pudieran manejar internamente. El motivo era la descompensación de un joven de la residencia, de 18 años, en situación de discapacidad.La Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) derivó la solicitud a la 2da comisaría de Talcahuano. Más tarde, el sargento John Mograve, de 39 años, y la carabinera Jordana Alarcón, de 21, llegaban en bicicletas hasta las puertas del hogar. Vestían cascos deportivos y portaban sus respectivas armas de servicio. Junto a ellos, también llegaron dos funcionarios del SAMU, según consta en los documentos incluidos en la carpeta de investigación."Hasta ese momento, el ambiente estaba tranquilo", declaró uno de los trabajadores del centro. Sin embargo, la situación cambió dramáticamente cuando los policías ingresaron: al verlos, un grupo de adolescentes, entre 10 y 17 años, comenzó a insultarlos. Los gritos molestaron al sargento Mograve. "No me importa que sean menores de edad, igual les saco la mierda", comentó el carabinero, según un informe realizado por el hogar Carlos Macera, al que tuvo acceso "Sábado".El momento se complicó cuando el menor descompensado, al encontrarse con los policías, reaccionó mal: "¿Creen que soy hueón?, ustedes me quieren internar. No me van a llevar", les gritó, según la declaración de un funcionario del SAMU, quien aportó otro dato: Javier y Sebastián se acercaron para calmarlo. "Se fueron a conversar (con él) a otro sector, nadie puso resistencia. La situación era muy tensa", agregó el funcionario.Después de ver al menor más controlado, los carabineros decidieron retirarse del hogar. Sin embargo, los adolescentes nuevamente los insultaron y John Mograve repitió que no le importaba la edad de ellos. Pero esta vez, Sebastián lo encaró: "Mano a mano, te hací el choro conch...", y golpeó con su puño el casco del sargento. Mograve le devolvió la agresión y comenzaron a pelear, hasta que ambos cayeron al suelo, según testimonios incluidos en la investigación.Frente a la escena, Javier gritó: "!Le están pegando a mi hermano¡".Una hora después, Sebastián y Javier ingresaban de urgencia al Hospital Las Higueras, de Talcahuano. El primero, por una herida de bala en su muslo izquierdo. El otro, por un impacto en su pierna derecha y una herida en su frente: uno de los proyectiles le rozó la cabeza.El hogar Carlos Macera está ubicado en las afueras del centro de Talcahuano y pertenece a la Fundación Ciudad del Niño Ricardo Espinosa. Desde 2012, es parte de la red colaboradora del Servicio Nacional de Menores (Sename) y alberga a 18 hombres, entre 6 y 18 años. Todos con infancias vulneradas en sus derechos y, la gran mayoría, con algún grado de discapacidad intelectual, problemas psiquiátricos y conductuales.Estos niños y adolescentes son cuidados por duplas de Educadoras de Trato Directo (ETD), con profesiones como técnicos en enfermería, asistentes sociales y educadoras diferenciales. La relación entre los menores y las trabajadoras suele ser como una familia, relata una de ellas a "Sábado", quien pidió no revelar su identidad. "Aquí cumplimos un rol de mamá, psicóloga y doctora".Sin embargo, explica la educadora, "las tías somos intocables". Si algún menor golpea o ataca a una de ellas, los más grandes "les sacan la cresta, pero a nosotras nos respetan y nos tienen cariño. Casi todos nos dicen 'mamita' y nos cuidan. Ellos también se defienden a muerte. Pueden pelear y odiarse por horas, pero después todos vuelven a ser amigos. Existe un grupo de líderes que, si algo no les gusta, protestan y rompen todo. Son los que manejan lo que pasa en el hogar".Uno de esos líderes es Javier, quien llegó al hogar Carlos Macera en diciembre de 2019. Pero su historial con el sistema de menores partió en 2014, a los 8 años y cuando aún vivía en Santiago, junto a sus padres, ambos consumidores de alcohol, pasta base y marihuana, según informes del Sename. En más de una ocasión, Javier vio cuando su padre golpeaba a su madre, la amenazaba de muerte y presenció cuando la acuchilló en una pierna, como se lee en documentos de la Fiscalía de Puente Alto.Otra situación que motivó el ingreso de Javier al sistema fue su 23 por ciento de asistencia escolar, en tercero básico. El hecho le significó ser expulsado, luego de repetir dos veces el curso, según detallan documentos de su colegio, ubicado en Puente Alto. En 2016, fue matriculado en otro colegio y conoció al profesor Cristóbal y a su esposa Carolina -ambos pidieron reservar sus identidades-, los que asumieron sus cuidados proteccionales para evitar que fuese internado en un hogar."Javier tenía muchas...

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