Días de furia y el Sernac - 6 de Noviembre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 913718111

Días de furia y el Sernac

La película noventera "Un día de furia" parte con Michael Douglas abandonando su automóvil en la carretera cuando se estropea su aire acondicionado. Ahí empieza su pesadilla, primero con un negocio de un coreano y luego con unos pandilleros que le intentan robar su maletín. Varios años después, a Ricardo Darín, en "Relatos salvajes", le sacan un parte por mal estacionado e intenta recuperar su automóvil ante un burócrata insensible. Esa situación también gatilla el inicio de otra pesadilla, que desemboca en la detonación de una bomba.Guardando la distancia entre la ficción y la realidad, ambas películas reflejan la tensión y frustración que puede generar la vida moderna en las urbes. Uno no busca problemas, pero a veces -y en ciertos períodos de tiempo- los problemas lo buscan a uno. Y este mes, por desgracia, me tocó a mí.Arrendé un auto en el norte con una empresa rent a car. Me entregaron una camioneta sucia que, además, producía un molesto sonido en la carretera, como si la ventana estuviese entreabierta. Reclamé, pero los empleados me dijeron que era lo que había. Volví a Santiago, interpuse un reclamo ante el Sernac y le envié un e-mail a la empresa con las fotos de la camioneta. Me llamó un gerente -muy amable- y cuando le advertí que iba a enviar una carta reclamando a la matriz en el extranjero me ofrecieron una compensación.Días después, ahora conduciendo mi propio auto, un despistado se pasó una luz roja y me chocó. Mala pata, pero desenfundé mi seguro. Hice los trámites de rigor y el formulario me obligaba a "seleccionar" un único taller ofrecido, que no era de marca como lo establecía mi contrato. No apreté acepto. El liquidador, esta vez en un tono menos amable, me contactó y me pidió que solicitara un cambio de taller. Le precisé que no entendía por qué tenía que hacer ese trámite. Para no seguir discutiendo, hice la solicitud y se me reasignó el taller de marca.Con posterioridad, recibí mi cuenta telefónica con un importante recargo adicional por una llamada que se extendía por varias horas. Llamé a la operadora, pero me aconsejó que me acercara a una sucursal. Pedí hablar con su jefe y misteriosamente la llamada se cortó. Fui a la sucursal y me pidieron información que podría haber dado por teléfono. Quedó de enviarme un e-mail con la descripción de mi reclamo, el cual nunca recibí. Junté energía y llamé nuevamente a otro operador, que por arte de magia eliminó el cobro indebido. Luego, revisando mis cuentas hacia atrás, me...

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