Mis días después de la cárcel
En abril de 2019, la Policía de Investigaciones entró a una casa en una población de Quilpué. Ahí vivía Giovanina (39) -quien prefiere mantener oculta su identidad- junto a su familia compuesta por su marido y sus tres hijos: Vicente (20), Martín (16) y Cristóbal (9). Ella dice que eran cerca de las cuatro de la tarde y que estaba sola, cuando de pronto escuchó que gritaban su nombre y golpeaban la reja de su casa. A Giovanina le habían comentado que la policía la seguía por microtráfico de drogas desde hace más de un año. Por eso, rápidamente subió al segundo piso, trepó al techo y saltó hasta la casa de su vecina de al lado. Sin embargo, el golpe no le permitió continuar arrancando y esa vez no pudo zafar. Luego del juicio quedó con una condena de 20 meses de reclusión en la cárcel de Valparaíso.Pero eso no era todo.Días después supo que esperaba su cuarto hijo.-Luego que me detuvieron entré a la cárcel con siete meses de embarazo. Me dolía saber que mi hija iba a nacer tras las rejas y tener que dejar a mis niños solos por un año y medio. Mi marido se tuvo que hacer cargo de nuestra familia.Giovanina tuvo a su hija Emilia (10 meses) en la cárcel. Durante su estadía en el recinto penitenciario, ella se dedicaba al cuidado de la niña y asistía a talleres de telar. Dice que durante esos meses extrañaba mucho a sus hijos y, a pesar de que la visitaban frecuentemente, sentía que se estaba perdiendo gran parte de su crianza. Cuenta que aún le quedaban 10 meses por cumplir, hasta que el domingo 19 de abril le informaron que continuaría cumpliendo su condena en su domicilio.Giovanina es una de las 186 reclusas beneficiadas por la Ley del Indulto Conmutativo, la que comenzó a regir el pasado 16 de abril y permite que la población penal perteneciente a la tercera edad y a grupos de riesgo -que no hayan cometido delitos de extrema gravedad o de lesa humanidad- puedan completar sus penas en forma de reclusión domiciliaria total. La disposición fue promulgada para evitar la propagación de covid-19 al descongestionar las cárceles y favoreció a aquellas internas que cumplían con los requisitos que señalaba la normativa. Así, de un total de 3.953 reclusas que conforman la población penal femenina del país, 186 fueron las internas beneficiadas, siendo principalmente mujeres que cumplían condena por tráfico o microtráfico de drogas.A través del teléfono, Giovanina dice que fue una tremenda sorpresa el que de la noche a la mañana le dijeran que se iba a su casa. Cuenta que sintió alegría, no solo por ella, sino que por sus hijos, porque ellos la necesitaban. Además, Giovanina recuerda que sentía angustia cuando pensaba que su hija, Emilia, iba a salir hablando y...
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