Diario de una primeriza que baja el río Palena
Nota mental: en la Patagonia no hay tiempo para la vanidad. Así que no es buena idea venir con vestido rojo, pantis, botines negros y un camel coat largo. Tras casi 11 horas desde Santiago, aquí nadie se fija en modas. Otra nota: no traer maleta de cabina; mejor una mochila. Son las primeras lecciones para una verdadera debutante en la comuna más austral de la Región de Los Lagos, Palena.Vinimos porque es la primera vez que se realiza el Festival del Río Palena: dos días para bajar este curso de aguas verdes en balsas inflables y fomentar el cuidado de su caudal, que tiene historia. En 1646 -explica alguien de la organización- un viejo registro habla del "río de la Vallena", así, con V, por un cetáceo muerto cerca de la zona donde desemboca al mar. Ese primer nombre fue derivando, deformándose, hasta que en 1924 ya se le conoce en todos lados como "Palena".Son 240 kilómetros de largo que han visto el desarrollo de la zona, el paso de exploradores, de colonos, los primeros en habitar el norte de la Patagonia. Aquí las familias han visto crecer a sus seres queridos, y también los han perdido. Ruta de comercio y transporte para, mínimo, cuatro generaciones, es el corazón de Palena mismo, una comuna con 1.824 habitantes.Viste de negro y se pasea emocionado bajo el puente Palena, entre las personas que firman un cartel que dice "!Queremos reserva de caudal para el río Palena¡". Marcelo Vásquez (48) es descendiente de colonos. "Sin la gente local, esto no cobra sentido", dice.Marcelo es director de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Palena, entidad que dispuso 30 cupos para que los habitantes de la comuna participen de la actividad, de la bajada en botes, para que vivan su río; algunos lo harán por primera vez en su vida.Con música electrónica de fondo, organizadores, invitados y locales se preparan; reparten barras de cereal y naranjas. Los ocho guías a cargo del descenso se presentan: Paulo, Camila, Francesca, Rodolfo, Franco, Ignacio, Thomas y Julio. También los kayakistas: Elías, Alan, Sebastián, Alejandro y Matías; todos ellos a cargo de acompañar y de la seguridad de los grupos en las balsas, en coordinación con Geoturismo Chile.Una de las palenenses "primerizas" es la profesora de lenguaje Alicia Retamal (30). Está tan emocionada que fue una de las primeras en llegar al punto de encuentro, la oficina de turismo, a un lado de la plaza de Palena. Vive en El Tigre, sector a unos 8 kilómetros de distancia. "Soy todo terreno, así que mojarse no es problema", dice, mientras comparte un mate y espera, ansiosa, a que comience la aventura.Es un viernes de enero. Ocho...
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