Diálogo, única salida para crisis coreana - 5 de Septiembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692645961

Diálogo, única salida para crisis coreana

Con la última provocación de Corea del Norte, al realizar un nuevo ensayo nuclear, los líderes comunistas están poniendo a prueba no solo la paciencia de EE.UU. y de Trump, sino la capacidad de la ONU para lidiar con una amenaza real a la paz mundial, la razón de ser del organismo.

El ensayo de un artefacto de 50 kilotones ha puesto a Norcorea definitivamente dentro del "club nuclear", y provoca una inmediata reacción de los líderes de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que buscan una salida a una crisis de difícil resolución. La disyuntiva es seguir con la escalada de bravatas o buscar medidas que lleven a Norcorea de vuelta a la mesa de negociaciones. Nadie quiere la guerra, dice Washington, pero agrega que hará todo lo necesario para defender su territorio y el de sus aliados.

La posesión estimada de decenas de bombas nucleares y la certeza de que Norcorea tiene la capacidad para instalarla en un misil que eventualmente llegue a territorio norteamericano complican cualquier ejercicio diplomático que busque presionar a Pyongyang a desistir de su poder recién adquirido. Los líderes norcoreanos saben que tienen una moneda de cambio difícil de tragar por Occidente, e incluso por China, su hasta hace muy poco estrecho aliado. Si la existencia de Norcorea era para Beijing necesaria ante la posibilidad de que una Corea unificada se alineara con EE.UU., hoy una Norcorea nuclear también es una amenaza, y por eso se avino a sumarse a la condena internacional y a cumplir las sanciones decididas por la ONU en agosto.

Con su impulsividad característica, Donald Trump lanza amenazas por Twitter, las que son morigeradas por sus generales. Una opción bélica, bien saben los militares, ya no es posible sin estar dispuestos a recibir una respuesta con pérdidas humanas y materiales inadmisibles para cualquier país democrático.

El programa nuclear norcoreano comenzó en los 60, con el objetivo de reforzar su capacidad militar para ganar prestigio internacional y mantener su autonomía política (incluso de China). El heredero de la dinastía Kim, y su entorno castrense, han llevado el programa a su total consecución, poniendo en pocos años al país en un lugar que sus antecesores soñaron pero fueron incapaces de conseguir. El actual Kim tiene no solo la capacidad de disuadir una agresión a Norcorea, sino, además, el potencial de amenazar la estabilidad...

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