El día en que la fiebre por los Chicago Bulls pasó por Chile - 26 de Abril de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 843874664

El día en que la fiebre por los Chicago Bulls pasó por Chile

El básquetbol de la NBA en los años 90 tenía un solo dueño: Chicago Bulls, del legendario Michael Jordan, sumó seis campeonatos en una década y deslumbró con su dominio en el parqué.La locura por los Toros ha vuelto a estar de moda gracias al documental que lanzó ESPN hace una semana, que muestra pasajes inéditos de aquella inolvidable dinastía y que mañana estrenará dos nuevos capítulos en la plataforma Netflix.En ese asombroso quinteto también brillaba el alero Scottie Pippen, eterno escudero de "MJ" y que se elevó como el segundo mejor jugador en la historia de la franquicia, solo superado por el oriundo de Carolina del Norte.Chile, y en específico las tablas del gimnasio Municipal de Concepción, también gozó con el talento de "Scott", quien visitó el país el 25 de agosto de 1994, de la mano de un equipo de jugadores de la NBA reclutados por Nike, y cuando el astro estadounidense ya tenía en su poder tres anillos de campeón.Su rival en el recinto penquista fue Petrox de Talcahuano, que había ganado tres de los últimos cuatro torneos de Dimayor.Alfonso Fuentes, entonces directivo del conjunto local, recuerda. "Me tocó montar todo el espectáculo. Lo hicimos al estilo de la NBA, con cheerleaders , pantallas, efectos de luces y humo. Nunca se había visto algo así en Chile hasta ese momento. Nike auspició todo. Llegaron 8 mil personas, pero se quedó gente fuera del gimnasio. Los jugadores NBA fueron muy amables, no se comportaron como estrellas".Galo Lara, exseleccionado nacional, era parte del quinteto local. "Yo era juvenil. Tenía 16 años, y solo en sueños me veía jugando contra un jugador como Pippen. No pude dormir la noche anterior al partido. Ese día metí un triple, hice unas bandejas y una de ellas fue en la cara de Pippen. Él me miró y se rió. También lo pude defender, pero hasta donde pude. Me hizo un giro que me dejó pegado y tuve que hacerle una falta", cuenta."Cuando estuve jugando aproveché de preguntarle a Pippen si me podía dar su camiseta. Me dijo que sí, que al final del partido. Pero cuando quedaba un minuto para que terminara, los NBA, con Pippen incluido, se fueron corriendo al camarín y se subieron al bus. No los vimos más", añade Lara.La estrategia de esfumarse tenía un propósito. "Estaba planificado...

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