Deterioro de la situación fiscal - 3 de Febrero de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 702110137

Deterioro de la situación fiscal

Desde 2001, la política fiscal chilena se ha basado en la regla de balance estructural, es decir, en la mantención de un equilibrio fiscal estructural igual a un 0% del PIB. El balance estructural, a diferencia del balance efectivo, utiliza valores de mediano y largo plazo para medir los principales componentes de los ingresos y gastos del fisco. Ello implica que cuando el país recibe ingresos mayores a los de mediano/largo plazo -como por ejemplo durante el boom del cobre-, se generan ahorros que pueden ser gastados posteriormente en períodos de bajo crecimiento, atenuándose así las consecuencias asociadas a un menor desempeño económico.

Hasta hace algunos años, la aplicación de esta regla se consideraba un factor clave para explicar la buena situación fiscal de Chile. Por ejemplo, el año 2010 el Fondo Monetario Internacional afirmaba que el balance estructural era la piedra angular del buen comportamiento fiscal de Chile. Tal regla contribuyó, entre otras cosas, a disminuir la volatilidad macroeconómica, aumentar el ahorro público durante períodos de expansión y reducir el riesgo de la economía chilena ante shocks externos. Y tal sólida institucionalidad además tuvo un impacto directo sobre la población. Chile mejoró constantemente en los rankings de deuda y tuvo acceso a financiamiento internacional a tasas de interés históricamente bajas (una colocación de deuda en 2010 llevó la tasa a solo 90 puntos base de la de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos), lo que a la postre significó también un abaratamiento del costo del crédito para todos los chilenos.

En este contexto, no sorprende que distintos países de América Latina hayan evaluado la factibilidad de regir su política fiscal por un modelo similar al chileno. De hecho, Colombia (desde 2011) y Perú (2013) han incorporado reglas de balance fiscal o crecimiento del gasto ajustando por el ciclo. La política fiscal de Panamá (2009) y la de México (2014) también cuentan con elementos similares.

El descuido estructural

Pero pese a los beneficios de la regla de balance estructural, su aplicabilidad se ha relajado durante los últimos años, con las respectivas consecuencias sobre la salud de nuestras finanzas públicas.

La Dirección de Presupuestos (Dipres) informó que el déficit fiscal estructural alcanzó un 1,7% del PIB en 2017, lo que representa una mejora de solo 0,1 puntos en comparación con el año anterior. De esta manera, el Gobierno terminó lejos de la meta que se autoimpuso en...

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