Deterioro y degradación política - 6 de Diciembre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 852713853

Deterioro y degradación política

La tramitación del proyecto sobre segundo retiro de ahorros previsionales, que esta semana despachó el Congreso, ha venido a ratificar algunos de los peores diagnósticos respecto del deterioro y hasta degradación que hoy exhibe el debate político. Aludiendo a la dura crisis económica y haciendo alarde de sensibilidad en sus discursos, los parlamentarios han legislado apresuradamente una suerte de aguinaldo navideño que las personas terminarán pagando con sus menores pensiones futuras. Sin importar que todo esto contraríe los principios básicos de cualquier modelo de seguridad social, la popularidad de la medida -acorde con aquella natural tendencia humana que privilegia el consumo presente, y que es precisamente lo que los sistemas previsionales buscan corregir- se ha mostrado irresistible para los congresistas y también para el Gobierno.En efecto, desoídas por gran parte de las bancadas oficialistas sus iniciales advertencias respecto de los costos de este despropósito, optó luego el Ejecutivo por cambiar su estrategia y su discurso, para presentar su propio proyecto de retiro y ceder después en la mayoría de las prevenciones con que buscaba aminorar los peores efectos de la medida. Consiguió así retomar iniciativa y alinearse con sus parlamentarios (algunos de los cuales no por eso dejaron de criticarlo), pero al costo de asumir una derrota indisimulable en el plano de las ideas. Esta solo adquirirá sentido en la medida en que el Tribunal Constitucional finalmente acoja el requerimiento con que La Moneda busca desactivar la fórmula que venían utilizando diputados y senadores para desconocer, mediante la introducción de artículos transitorios en la Constitución, la iniciativa exclusiva presidencial en diversas materias de ley.Sin duda, un pronunciamiento en esa línea permitiría poner algún atajo al parlamentarismo de facto que, con su carga desestabilizadora, ha venido avanzando en el país. Continuará sin solución, empero, el problema que subyace, cual es el de una clase política que, sumida en el desprestigio, no parece reconocer límites -ni institucionales, ni técnicos, ni de mínima coherencia con las respectivas ideas- en su búsqueda desesperada por recuperar aprobación ciudadana.Crecimiento inorgánico, un factor de crisisSigno del deterioro político, los partidos viven también un momento de particular fragilidad, con directivas incapaces de conducir y parlamentarios sumidos en la confusión. Bien grafica la situación el hecho de que, a...

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