El destino de las embajadoras - 27 de Mayo de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 512567110

El destino de las embajadoras

-Desde mi experiencia, he observado que como ministra, embajadora, directora, delegada o representante para alguna conferencia, la mujer se caracteriza por trabajar con un equipo, sin buscar el lucimiento propio; la gran mayoría no está en una carrera solamente mediática.

María Teresa Infante es una de las diez mujeres que fueron designadas por Michelle Bachelet para asumir representaciones en países tan diversos como Rumania, Argelia, y los Países Bajos, u organizaciones de alto calibre internacional, como la OCDE y la ONU. Se sienten honradas, dicen, de haber sido escogidas y conscientes de que este es un esfuerzo de equidad del actual gobierno. Por primera vez se logra el 10% de representación femenina en el cuerpo diplomático. Según el Archivo Histórico de la Cancillería, solo 31 mujeres han sido designadas como representantes de Chile en el exterior, de un total de casi 1.200 nominaciones realizadas entre 1918 y 2013.

En su amplia oficina de la Dirección de Fronteras y Límites, Infante reconoce que ha aprendido que una misión debe llevarse con asesoría y búsqueda de buen consejo. "Hay que ser rigurosa en la apreciación de los hechos, abierta a escuchar posiciones, a saber cuáles son los límites de un actuar personal y a planificar cómo llevar a la práctica los acuerdos. En ese sentido, las mujeres tienen una preocupación muy grande".

María Teresa Infante es nombrada como mentora por varias de las nuevas embajadoras; una amiga, por otras, y se entusiasma cuando piensa cómo impulsar a más mujeres a ingresar a la Academia Diplomática.

-Lo primero es moderar las impaciencias y las ambiciones personales, deben aprender a hacer alianzas transversales y saber plantear una voz de lealtad o colaboración, aunque no se esté de acuerdo en algunas materias. Aconsejo también buscar áreas afines a pesar de que haya diferencias de personalidad o enfoques durante una negociación. En la vida pública hay personalidades que a veces son un poco más difíciles de tratar, porque son dominantes, excluyentes o machistas. La mujer, en cambio, posee la capacidad para buscar aquello que le es afín a pesar de las diferencias.

Dice que la mujer en el mundo de las relaciones internacionales tendrá que lidiar con ambientes en que hay varias de estas personalidades.

-Eso no lo va a cambiar, pero sí puede influir -asegura.

Debe saber, además, que se enfrentará a un mundo exigente, en que probablemente deberá estar siempre demostrando su capacidad.

-Se le exigirá racionalidad y presencia sólida. Esto debe surgir espontáneamente en la vida de trabajo. La mujer es evaluada según cómo revele su emotividad. Mientras un hombre puede decir una insolencia en una reunión y nada pasa. Si lo hace una mujer, será considerada desagradable, difícil o intratable.

Claudia Serrano acaba de asumir como embajadora ante la OCDE, en París, una organización eminentemente técnica y de gran figuración mundial. En su gestión deberá trabajar bajo la lógica de comités en sectores prioritarios para...

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