Después del domingo - 1 de Noviembre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 851284297

Después del domingo

Como nunca, el plebiscito dejó a la vista todas y cada una de las fracturas de nuestra derecha. Por de pronto, una división estructural que la dejó partida en dos. Luego, una singular configuración del electorado del Rechazo, con alta concentración en las tres comunas del antiguo distrito 23. A esto debe añadirse una figura presidencial sumida en la irrelevancia. Vale la pena interrogarse por estas dificultades porque, más allá de las urgencias electorales, si la derecha no logra rearmarse en los meses que vienen, corre el riesgo de quedar fuera de un nuevo ciclo que puede durar varias décadas.El problema, como hemos visto, tiene múltiples dimensiones. La primera de ellas guarda relación con cierta desconexión entre parte de la dirigencia oficialista y su propio electorado. En efecto, si muchos líderes del sector optaron por el Rechazo fue, entre otros motivos, porque supusieron que la porción más relevante de sus votantes optaría por esa alternativa. Hoy sabemos que no fue así: alrededor de la mitad de la derecha votó Apruebo (o ni siquiera se molestó en sufragar). Y esto nos lleva a la desconexión de las tres comunas, que es manifestación de lo mismo. Por supuesto, no se trata de enarbolar discursos odiosos, como si la opción Rechazo no hubiera sido legítima, pero acá hay una tensión objetiva del oficialismo: está desconectado del país y de sus votantes. Dicho de otro modo, una porción significativa de los simpatizantes de derecha piensa que el actual ciclo está agotado y que el sistema requiere cirugía mayor. Y solo tres comunas no están de acuerdo: difícil negar que allí hay un vínculo que se rompió, y que es urgente reconstituir.La tarea es enorme, pero debe arrancar de una constatación: el domingo parece haber fallecido definitivamente la peregrina idea según la cual el malestar -como quiera que se le entienda- es fruto de un invento de la izquierda o de ciertos intelectuales. Quien quiera influir en el futuro tendrá que admitir ese hecho. La dificultad estriba en que buena parte de la derecha tiene una imposibilidad conceptual para siquiera percatarse de esto (de allí la abundancia de teorías conspirativas). Este Chile simplemente no puede entenderse con "La revolución silenciosa", ese libro en el que Joaquín Lavín dibujaba una modernización feliz y armoniosa articulada en torno al consumo. Es cierto que cierta izquierda no mostró demasiada lealtad con la democracia y que la violencia fue un factor desencadenante de la crisis de...

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