Despedida. - Núm. 44, Marzo 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429750

Despedida.

AutorEnrinckson, Carlos

DESPEDIDA ¿A quién vio la más bella cuando me vio? ¿Cuál de todos los fantasmas de mi casa muerta se le dio esa noche de baile y licores, mientras toda la ciudad dormía como animal en invierno bajo nuestros pies? Ah quisiera ser uno, hoy, uno solo, que no se pudiera ella equivocar de ojos cuando encuentre mis ojos, de manos al dar la breve mano; que dos sólo estuviéramos en esas estaciones azarosas, y no este montón de restos de otros, esta multiplicidad ridícula. Mas las condenas son condenas: el peso de mi casa muerta rompe el puente débil del matiz que, esfumado, dibujan las horas luminosas. Fácil, tan fácil ser el ligero vagabundo de siempre: que todo vuele, y al diablo el pasado. Pero me ha caído tu relámpago, y de tan suave mano que fue imposible esperar o prevenir: los climas son tibios, ni siquiera llueve ahora. Ni el rock, ni la quieta deriva del alcohol, van a liberarme. Regalo bello y doloroso éste, el de este trueno: quizá tan sólo el silencio sea la retribución única. O hacerse el de este espejo, frío, vertical. O quizás elegir el hermoso bar que conoces, la barra respirando un beso, el tiempo que no quiere abandonarlo a uno, este rostro maniático a la hora de dormir. Trivial, dirás, hermosa, con tu boca sonriendo. La clásica pena del que ha quedado solo, porque no supo subirse al carro de la historia, porque quedó preso de enigmas que es inútil escarbar, porque le buscó la quinta pata al gato de la vida. Es que tú misma no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR