Desconfianza en las policías impulsa la privatización de la seguridad en Latinoamérica - 2 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 546733706

Desconfianza en las policías impulsa la privatización de la seguridad en Latinoamérica

En enormes pantallas planas parpadeaba la localización de decenas de vehículos que transportaban cargas codiciadas por los criminales. El lugar donde trabaja Herrera parece un destacamento policial, pero es una oficina de International Private Security (IPS), firma que tiene por clientes a empresas como Pepsico, BP y Audi, de México, un país donde el crimen organizado gobierna grandes regiones.

La desconfianza en la policía hizo ya de la seguridad privada un creciente negocio en América Latina, donde la mayoría de las fuerzas estatales son consideradas incompetentes, corruptas, o ambas cosas. Un ejército de casi cuatro millones de agentes de seguridad privada integran una industria que crece un 9% al año.

Según las proyecciones, para 2016 moverá cerca de 30.000 millones de dólares, más que las economías, por ejemplo, de Paraguay o de El Salvador.

En el transcurso de los últimos cinco años, por ejemplo, IPS duplicó su número de empleados hasta alcanzar los 4.000.

En toda la región, el personal de seguridad privada supera a los agentes públicos muy por encima de la media mundial, que es de 2 a 1. En Brasil, la relación es de 4 a 1; en Guatemala, de 5 a 1, y en Honduras, de 7 a 1.

"El sector privado debería ser un complemento de la policía", dijo Boris Saavedra, profesor de seguridad nacional del Centro de Estudios de Defensa Hemisféricos, con sede en Washington. "Pero en algunos países no son un complemento: son el actor principal".

Sobre el escritorio de Herrera, de IPS, hay una línea directa con la Policía Federal mexicana, pero este cliente en particular le dio órdenes de no contactar a las autoridades.

En cambio, el equipo de crisis del cliente negoció la liberación de los conductores y su carga. "No quisieron que llamáramos a la policía -dijo Herrera, de 32 años-. La gente no necesariamente confía en ellos".

Si bien la seguridad privada está creciendo en todo el mundo, América Latina es la región donde este auge está directamente relacionado con la tasa de homicidios, secuestros y extorsión. Plagada de carteles de la droga, la región ya superó a África como el lugar con la tasa de homicidios más alta del mundo.

La seguridad privada forma parte de la vida cotidiana en las ciudades latinoamericanas.

Con armas de gran porte y chalecos antibalas, custodian desde panaderías hasta colchonerías, y se desplazan armados en camiones que transportan desde Coca-Cola hasta embutidos. Con auriculares en la oreja y revólveres calzados debajo de sus...

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