El desaprovechado potencial de los orgánicos
"No nos alcanza ni para secretaria", dice uno de sus directores.
Es la realidad de un sector, que en los últimos seis años ha triplicado la superficie certificada para responder a una demanda externa que crece y que ya llega a casi las 80.000 hectáreas, aunque más del 77% de esa superficie corresponde a recolección silvestre. Es decir, solo en 17.800 hectáreas se cultivan los orgánicos. Entre ellas está la apuesta de algunas grandes empresas como viñedos Emiliana, en el caso del vino, y Hortifrut, en los berries, que han apostado por este tipo de productos. Así y todo, también con el concurso de medianos y pequeños productores, el rubro completó 200 millones de dólares en exportaciones en 2014, por más de 60 productos diferentes, según cifras de Odepa.
Esta realidad contrasta con el potencial que le asignan a este tipo de agricultura.
Chile cuenta con condiciones fitosanitarias y de clima especiales para abordar estos cultivos, lo que le da una enorme ventaja por sobre sus competidores más cercanos, como Perú y Argentina, que tienen posibilidades más limitadas, por la mosca de la fruta y otras plagas que son cuarentenarias para los principales mercados internacionales.
Un salto mayor para esta actividad es posible.
Todo indica que la superficie, y por ende la producción, seguirá creciendo, pero no en forma masiva. A juicio de los directivos de la Agrupación de Agricultura Orgánica, si se logra un mayor apoyo político, con programas de incentivo y con un mejoramiento a la ley y reglamento, vigente desde 2006, que habría frenado más que impulsado al sector, las cosas podrían cambiar. En suma, por ahora la agricultura orgánica tiene gran potencial, que no ha sido ni sería convenientemente aprovechado, a menos que se acojan sus demandas. A ese panorama se agrega el impacto de plagas que, al requerir ser fumigadas, por requerimientos internos o internacionales, dejan fuera de la exportación a las producciones orgánicas.
Más incentivos
"No tenemos un marco jurídico que nos avale, nos apoye y nos incentive. Eso quiere decir que el esfuerzo que hace la persona o la empresa que quiere ser orgánico es propio; no responde a un esfuerzo conjunto gracias a una visión de país... Hay algo de preocupación, pero desde el punto de vista de las exportaciones, no tanto para generar un campo orgánico. No hay incentivos ni a la producción ni al consumo, que es muy pequeño. Como asociación nos sentimos un poco abandonados. Si bien tenemos virtudes y grandes...
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