Desafíos sociales y económicos de largo aliento - 2 de Enero de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 236231050

Desafíos sociales y económicos de largo aliento

Para acelerar su crecimiento económico, Chile requiere elevar la tasa de incremento de su productividad. En 2010, este esfuerzo no parece haber alcanzado un valor positivo, en tanto que sería ideal que se situara entre uno y 1,5 por ciento del PIB. Un factor para lograrlo es aumentar la innovación, y para eso es indispensable elevar la inversión en investigación y desarrollo. En los países de la OCDE, ella ha estado en los últimos años en niveles de alrededor de 2,3 por ciento del PIB. En Chile, en cambio, fluctúa en torno a 0,4 por ciento -es decir, poco más de un sexto del monto relativo invertido por los países con que queremos compararnos.

Son diferencias preocupantes y, pese a los anuncios en el pasado relativos a crear las condiciones que permitan elevar esta inversión, el nivel efectivo sigue estancado. En la mayoría de los países de dicha organización -a la cual Chile se incorporó en plenitud este año-, la principal fuente de financiamiento son las empresas privadas, que aportan dos tercios o más del total. Así, en Israel -el país que más gasta en inversión y desarrollo- el 81 por ciento del gasto proviene del sector privado, lo que asegura mayor eficiencia en el uso de los recursos. En nuestro país, en cambio, no alcanzaría a representar el 40 por ciento. Así, en Chile no sólo se gasta poco, sino que la combinación de fuentes de recursos está lejos de ser óptima. Recientemente, el Gobierno ha desplegado algunas políticas interesantes, como Start-Up Chile y los esfuerzos para conectar al país con otros polos de innovación en el mundo, pero aún no es posible vislumbrar una agenda integral, que asegure un cambio definitivo de rumbo.

Por otra parte, la inversión en desarrollo está muy asociada a la existencia de capital humano avanzado. En ese ámbito Chile tiene un déficit, y aunque en los últimos años se ha invertido en corregir esta situación, las señales son todavía confusas y los cambios recientes en Becas Chile no han contribuido a aclarar el panorama. Si bien es deseable que haya mayores exigencias y se prioricen programas de calidad para la formación de posgrado, esos cambios parecen influidos por la creencia de que el número de becas proyectado en un inicio para este programa era quizás exagerado. Sin embargo, los indicadores relevantes -tales como investigadores por cada mil empleados, patentes o publicaciones científicas por cada millón de habitantes- muestran que hay una fuerte carencia de dicho capital humano.

La...

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