'El desafío de la hora es poner el Estado a la altura de la sociedad' - 3 de Septiembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692568653

'El desafío de la hora es poner el Estado a la altura de la sociedad'

-¿Por qué es importante discutir sobre la modernización del Estado, un tema que no mueve masas ni acarrea votos?

-La importancia de este tema se comprende fácilmente cuando se repara en que una de las características del Chile contemporáneo es que tenemos una sociedad que va por delante del Estado, una sociedad que se ha hecho más próspera y más demandante, y un Estado cuya estructura, sin embargo, se ha mantenido sin cambios fundamentales en la forma de diseñar y evaluar políticas. El país parece haberse preocupado más de cómo se forma la voluntad común (esto explicaría la atención al sistema político electoral) que de cómo se ejecutan los propósitos comunes. Y ocurre que ninguno de los problemas que el país experimenta (en pensiones o en concesiones, para dar dos ejemplos distintos) podrá enfrentarse bien con un aparato estatal aún deficiente. El desafío de la hora es, por decirlo así, poner el Estado a la altura de la sociedad. ¿Es ese un tema de campaña? Por supuesto que sí. Las campañas son ocasión de mostrar simpatía y carisma capaces de arrastrar votos y entusiasmar, pero también proyectos acerca de temas como este.

-En iniciativas como esta serie de encuentros con los presidenciables, en cuya organización participan una entidad gremial y una universidad, parece subyacer la convicción de que en esta campaña la discusión de ideas tendrá una relevancia nueva. ¿Es así? ¿En qué puede sostenerse tal convicción?

-En Chile, en mi opinión, vivimos un momento en que es fácil deslizarse hacia dos extremos igualmente perniciosos (y de los cuales ya hemos tenido algunas muestras en las primarias): uno de ellos consiste en hacer de la campaña un planteamiento de sueños, de simples proyectos a la altura de los deseos; el otro, convertir la campaña en una rencilla permanente, en un torneo de zancadillas. Esos dos extremos son inevitables en política; pero la política no puede reducirse a ellos. La política consiste en mediar entre los deseos y la realidad, y para eso son necesarias las ideas. Queremos entonces contribuir a que la campaña presidencial adquiera ese carácter: se constituya en una ocasión en que se planteen ideas, o, para decirlo de otra forma, una ocasión en que los candidatos y candidatas hagan también el esfuerzo de apelar a la inteligencia del electorado. Las campañas deben ser -para decirlo todavía de otra forma- no solo un momento en que los candidatos tratan de entusiasmar al electorado; también deben ser un ejercicio de...

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