Deséchalas - 13 de Junio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 514874754

Deséchalas

Durante décadas, los gobiernos de Egipto a Indonesia han subsidiado el precio de los combustibles básicos. Estos programas a menudo comienzan con intenciones nobles para mantener bajo el costo de vida de los pobres o, en el caso de los países productores de petróleo, para ofrecer un ejemplo visible de los beneficios de la riqueza del carbono. Pero luego exhiben consecuencias desastrosas, destrozando los presupuestos, distorsionando las economías, dañando el medio ambiente y, en general, perjudicando en vez de ayudar a los pobres.

Los mercados emergentes no son los únicos lugares en donde se distorsionan los mercados de la energía. Estados Unidos, por ejemplo, contiene los precios restringiendo las exportaciones. Pero los subsidios son más importantes en los países más pobres. De los US$ 500 mil millones al año que el FMI calcula que cuestan -el equivalente a cuatro veces toda la ayuda oficial exterior- la mitad es gastada por los gobiernos de Medio Oriente y el norte de África, donde, en promedio, implican cerca del 20% de los ingresos del gobierno. El flujo de esos fondos mayoritariamente va hacia a la élite urbana que maneja vehículos. En la economía emergente típica el quintil más rico de los hogares succiona el 40% de los beneficios de los subsidios a los combustibles; la quinta parte más pobre consigue solo el 7%. Pero los más pobres sufren de manera desproporcionada las distorsiones que tal intervención crea. Egipto gasta siete veces más en subsidios a los combustibles que en salud. Los combustibles baratos fomentan el desarrollo de la industria pesada en lugar de la manufactura ligera, la cual posee un alto coeficiente de empleo que ofrece a mucha más gente una ruta para salir de la pobreza.

Por todas estas razones, los beneficios de remover subsidios son inmensos. Las economías emergentes podrían compensar fácilmente a cada persona pobre con una ayuda que fuera más grande que los beneficios otorgados por los combustibles baratos y aún así podrían ahorrar dinero. En el proceso, ellos ayudarían al planeta. Según la Agencia Internacional de Energía, la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles reduciría las emisiones globales de carbono en 6% hacia 2020.

Cómo ahorrar y salvar al planeta

Algunos gobiernos de los mercados emergentes son persuadidos por estos argumentos, y toman una postura cada vez más en serio para reformar...

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