Derecho de Aguas - Núm. 8, Noviembre 2021 - Industria Legal - Libros y Revistas - VLEX 909455633

Derecho de Aguas

AutorSantiago Samaniego
Páginas18-19
Derecho
de Aguas
¿Cómo priorizar el consumo humano?
Santiago Samaniego
ssamaniego@e-i.cl
Hoy Chile atraviesa por una severa crisis hídrica
que, unida a al debate constitucional sobre uso
y priorización del agua, obligan a pensar en
medidas para evitar conflictos y asegurar el
acceso a todo tipo de usuarios.
En la actualidad, el Presidente de la
República está facultado para declarar zonas
de escasez en épocas de extraordinaria sequía.
Luego, no habiendo acuerdo de los usuarios
para redistribuir las aguas, la Dirección General
de Aguas (DGA) podrá redistribuir las aguas
disponibles en fuentes naturales, para reducir al
mínimo los daños generales derivados de la
sequía (artículo 314 del Código de Aguas).
En uso de esa facultad, por medio del
Decreto de Escasez Decreto MOP N°190, se
declaró zona de escasez en distintas comunas
de la cuenca del río Aconcagua, con el objetivo
de priorizar el abastecimiento de agua para el
consumo humano del Gran Valparaíso. Luego,
por medio de 2 resoluciones exentas, la DGA de
la Región de Valparaíso materializó la
redistribución de aguas, ordenando a la Junta
de Vigilancia de la Primera Sección del Río
Aconcagua tomar medidas para llenar el
Embalse Los Aromos, en desmedro del riego
de parte del sector agrícola.
En este sentido, considerando la alta
conflictividad en la redistribución de aguas, es
necesario analizar tanto en el marco de la
reforma al Código de Aguas como en el
contexto de la Convención Constitucional y de
la próxima elección presidencial- qué otras
herramientas, además de las ya existentes
(reserva de caudales, expropiación, áreas de
restricción, zonas de prohibición, entre otras),
permitirán afrontar la necesidad de priorizar el
consumo humano sin perjudicar seriamente a
otros usuarios de aguas.
Algunos ejemplos son: en primer lugar, potenciar
la desalinización, sea para agricultura, industria,
minería o consumo humano. Segundo, fomentar
el consumo responsable de agua en sectores
urbanos (modificaciones en la tarifa de agua
potable que desincentiven el consumo excesivo,
o tarifa escalonada). En tercer lugar, inversión en
infraestructura (embalses, redes de canales).
Cuarto, mejoras en eficiencias, tanto en el sector
sanitario (disminuir agua no facturada o pérdidas)
como en el sector agrícola e industrial (riego
tecnificado, telemetría, revestimiento de canales,
mejoras productivas, etc.). Finalmente, el reúso
de aguas residuales (tratamiento secundario y
terciario).
Cada una de estas alternativas se acomoda a
distintos usos y presenta diferentes desafíos,
pero todas requieren de esfuerzos públicos y
privados para su análisis e implementación, en
orden a disminuir la conflictividad y acercarse a
la seguridad hídrica.

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