La derecha: Qué hacer y no hacer - 7 de Enero de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 484648730

La derecha: Qué hacer y no hacer

En medio del desconcierto actual, la derecha debe entender que, en primer lugar, aunque los conflictos personales son el pan nuestro de la política, sobresalen más en ella, pues le cuesta mucho más que a la izquierda expresar las metas ideales (relato, discurso, sueño, etc.), y por ello todo parece dilucidarse entre personajes. Debe cobrar conciencia de que nadie sobra en la suma de los dos partidos -la UDI y RN- y los sentimientos y sectores que gravitan entre ellos. Si se logra dar vuelta la página, volver a unas auténticas raíces, nadie puede estar excluido, y sus políticos están condenados a entenderse entre sí. Es mejor que no quemen las naves del entendimiento.

Hay generaciones jóvenes con líderes promisorios, como Evópoli, aunque deben huir de la tentación de crear tienda aparte. La atomización vuelve a todos irrelevantes. ¿Habrá que recordar el lugar común de que en política, como en tantos planos, el ideal es la combinación de generaciones, esquivando tanto el congelamiento de la gerontocracia como la exclusividad arrogante de los jóvenes turcos? En estos momentos se echan de menos figuras con madurez y energía, que cumplan la tarea de insuflar vida nueva al sector, tal como en los años sesenta lo efectuaron Pedro Ibáñez y Sergio Onofre Jarpa. Los que se han arrojado piedras entre sí tendrán que relegar las ofensas a una retaguardia de la conciencia.

Una derecha reformulada debe arrancar de otras dos manzanas relucientes por fuera y podridas por dentro. Una es la creencia de que se trata simplemente de ser moderna y nada más, de adorar lo antes aborrecido y quemar lo que se había adorado. "Ser moderno" no es una receta fija, sino que se trata de asumir una deliberación entre alternativas, un acertijo donde lo nuevo y lo arcaico poseen indistintamente escapes y trampas. Por ello, al menos en el esquema chileno, deberá haber siempre más de una derecha, una conservadora y otra liberal, o, si se prefiere, una más tradicionalista y otra más progresista, y en torno a ellas diversas...

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