¿Está la democracia contemporánea amenazada por el miedo?
En 2016, durante la noche de las elecciones presidenciales estadounidenses, a medida que se conocían las noticias de un posible triunfo de Donald Trump, la alarma comenzó a crecer en ella hasta transformarse en pesar y miedo; por su país, su gente y sus instituciones. "Yo era consciente de que mi miedo no era proporcionado ni imparcial, y que, por lo tanto, yo misma era parte del problema que tanto me preocupaba", escribe la filósofa estadounidense Martha Nussbaum (Nueva York, 1947) en la primera página de "La monarquía del miedo. Una mirada filosófica a la crisis política actual" (Paidós), su libro más reciente en Chile.Profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012, Nussbaum es una liberal afín al "New Deal" del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y a la socialdemocracia europea; su liberalismo se apellida "enfoque de las capacidades"; es decir, en pos de una libertad real, ella aboga por el aseguramiento de derechos como la educación, la salud y la vivienda.Nussbaum sabe que la política también está hecha de emociones y reivindica la máxima socrática según la cual una vida sin examen o reflexión no vale la pena. Por eso en su nuevo libro, lejos de negar su temor, pero también de dejarlo fluir, elige ponerle atención y pensarlo. Tal como ha pensado la ética y la justicia social, lo indispensable que son las artes y las humanidades para la democracia y la fragilidad humana, el feminismo, el patriotismo y la globalización.La comunidad liberalEl miedo que Nussbaum reconoció en ella también lo identifica en la sociedad estadounidense. En "La monarquía del miedo" dice que la actual crisis y polarización política que vive su país, incluso enemistad y desconfianza, cuando no violencia, se explica porque la emoción que domina es el miedo. Una emoción básica, incluso evolutivamente básica, dice, poco elaborada, egoísta, autorreferida, ciega a los otros.Ese miedo, más aún si es azuzado por líderes demagogos y autoritarios, se mezcla con otras emociones, como la ira, la culpa (culpar a otros), la envidia y la repulsión o rechazo."El miedo tiende con demasiada frecuencia a bloquear la deliberación racional, envenena la esperanza e impide la cooperación constructiva en pos de un futuro mejor", escribe Nussbaum. Y luego se pregunta: "¿En qué consiste el miedo actual? Muchos estadounidenses se sienten impotentes, sin control sobre sus propias vidas. Temen por su futuro y por el de sus seres queridos. Temen que el sueño americano -la esperanza de que sus hijos prosperen y de que les vaya incluso mejor en la vida de lo que les ha ido a sus padres- haya acabado y que todo se haya esfumado para ellos".No se trata, entonces, de que el miedo no tenga bases reales, sino de cómo, por un lado, evitar que eso conduzca hacia el enfrentamiento y la búsqueda de aparentes culpables, por ejemplo, en los migrantes o las mujeres; y, por el otro, responder a las causas reales del miedo, reconociendo la complejidad de los problemas sociales.Aunque el análisis de Nussbaum está motivado por la situación estadounidense, no es difícil notar que el malestar social y la crisis política que ella identifica están presentes en otras sociedades, entre ellas, Chile.Nussbaum no es pesimista, a través de razones y emociones, en su libro nos lleva...
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