Cae demanda de examen de medicina preventiva de 11% a 7% en apenas dos años
Pero las cifras de la Seremi de Salud Metropolitana revelan no solamente la escasa demanda por este beneficio, sino que además, el porcentaje de quienes sí lo usan cayó de 11% a 7% en dos años entre los usuarios de Fonasa capitalinos. En algunas comunas, la tasa de cobertura del examen preventivo incluso descendió a la mitad (ver infografía) y en solo dos la demanda creció: Tiltil y Padre Hurtado.
Entre las razones del fenómeno, prima el desconocimiento. Según un estudio de la Superintendencia de Salud a partir de 1.800 encuestados (de isapre y Fonasa) más de un tercio no sabía que existía el EMP. Eso se da más entre los usuarios del seguro público (39% no lo conocía) que entre los de isapre (16%).
"También tenemos la impresión de que muchos lo consideran un chequeo rutinario y hay un desafío para valorarlo", reconoce el superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic. Agrega que "este examen es una herramienta clave para la promoción de la salud, de acuerdo a los grupos etarios o de riesgo".
Por ejemplo, los mayores de 15 años pueden acceder a test para saber si tienen problemas con el alcohol o el tabaco, para detectar obesidad, hipertensión, diabetes, sífilis y tuberculosis. Además, para las mujeres que tienen entre 15 y 64 años se agrega un papanicolau cada tres años y cuando están entre los 50 y 54 años, una mamografía cada tres años.
Para todos los mayores de 40 años el EMP incluye una prueba de dislipidemia para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y en el caso de los adultos mayores, una evaluación para ver si son capaces de valerse por sí mismos. Niños y embarazadas también tienen pruebas distintas.
Además del desconocimiento hay mitos o trabas para realizarse el examen. "La gente piensa: '¿Para qué me voy a buscar enfermedades si después la isapre no las cubre o me sube el plan?'. Pero las isapres no pueden hacerlo", asevera Pavlovic.
Otro problema es que en el caso de las isapres, al EMP este se realiza en el centro de salud que ella decide, que muchas veces puede no ser del agrado del paciente o estar lejos. Lo segundo, dice el superintendente, podría considerarse como entorpecimiento del acceso a la salud y por ello en la Superintentencia están revisando si eso puede cambiar y abrir un poco la oferta, al menos para la medicina preventiva.
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