Delito y espectáculo. La criminología de los medios de comunicación - Segunda Parte - Dogmática penal y criminología cautelar - Libros y Revistas - VLEX 1022499436

Delito y espectáculo. La criminología de los medios de comunicación

AutorEugenio Raúl Zaffaroni, Matías Bailone
Páginas81-100
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Dogmática Penal y criminología c autelar. una introDucción a la
criminología cautelar con esPecial énfasi s en la criminología meDiática
delito y esPectáculo.
la criminología de los med ios de comunicación
Prof. Dr. H.C. Mult. Eugenio Raúl Zaffaroni
*
Prof. Dr. Matías Bailone**
el Poder configurador de lo s mass-media
Las diversas formas de pensamiento criminológico han tenido su expresión
académica pura y su formato de operatividad en los sistemas punitivos o en
la gobernanza de los hombres y sus crímenes. En paralelo a las palabras de la
academia y a las palabras de la administración, los medios de comunicación
masivos han creado una realidad a través de la información, subinformación
y desinformación mediática en convergencia con prejuicios y creencias, que se
basa en una etiología criminal simplista asentada en una causalidad mágica.
Los medios de comunicación masivos son la encarnación del otrora
apostolado del periodismo. Como remarca Horacio González: «En todas las
épocas y en cualquier tiempo que busquemos, hay monjes o scriptores que
procuran que el tiempo no se escurra sin inscripciones en las hojas candorosas
de la memoria»1. Se pensaba en la objetividad, “en la ansiedad de compaginar
el tiempo”, en el retrato vivido de los eventos históricos, pero aun en las
crónicas galias del César o en cualquier bitácora de viajero o conquistador,
queda impregnada la visión particularísima del evento reseñado.
El candoroso intento de miticar el relato periodístico o la crónica histórica
de los vencedores, siempre chocó contra las alternativas y subversivas lenguas
de los colonizados vencidos. Pero es recién en los albores de la sociedad red,
que aquella profesión-mito del cronista del presente muta en un negocio
corporativo, lo que asociado a la revolución de la técnica hace a la masividad
de la transmisión de la información.
* Profesor de Derecho penal y criminología. Juez de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Ex-ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Ex-
director del Departamento de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Buenos
Aires. Galardonado por el jurado mundial independiente con el premio Estocolmo en
Criminología en el 2009.
** Profesor de Derecho penal y criminología de la Universidad de Buenos Aires. Secretario
letrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. www.matiasbailone.com
1 González, Horacio: Historia conjetural del periodismo, Colihue, Buenos Aires, 2013, p. 23.
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EugEnio Raúl ZaffaRoni/Matías BailonE
Alguna vez Borges dijo que la periodicidad de los diarios debería medirse
por lustros, dependiendo de la ocurrencia de eventos históricos insoslayables,
lo que signicaba que la profesionalización de la prensa gráca trajo
aparejada la sobredimensionalización del presente y el exceso de información
innecesaria. Hoy estamos muy lejos de poder redimensionar el caudal de
información producida y difundida por las redes del poder mediático, pero
podemos teorizar sobre su mecánica de control social.
Los nuevos productores del sentido común social del presente son las
corporaciones nancieras globales que alternan el gobierno de la economía
mundial con la generación de noticias y opiniones públicas. “En el proceso
de reproducción ampliada del capitalismo, el sistema mediático desempeña
un doble rol estratégico: [primero] su condición de peculiar agente discursivo
de la globalización y el neoliberalismo, (...) [pero también] como agentes
económicos”2. Es decir, que además de ser los nuevos oráculos del sentido
común global, son personas jurídicas que buscan su enriquecimiento, la
optimización de ganancias económicas, y que como tal, piensan y actúan en
esos términos.
El sistema mediático posee entonces cuatro características centrales: tiene
la capacidad de jar los sentidos e ideologías del imaginario social dominante,
se apropia de los diferentes léxicos sociales para neutralizar su capacidad
crítica, celebra y exalta la vida del mercado y del neoliberalismo económico, y
está comprometido con “el control selectivo de las informaciones y opiniones,
a través de la interdicción, silenciamiento y estigmatización de ideas
antagónicas, del mismo modo que en la descontextualización intencional de
noticias”3.
El poder mediático está concentrado en mega grupos económicos
globalizados que detentan la propiedad de los medios de producción de
noticias, la infraestructura tecnológica necesaria para la difusión mundial
y el poder político y económico suciente para inuir en gobiernos y
corporaciones.
Los fenómenos más contemporáneos de autogestión de la información y
de “autocomunicación de masas”4 (tal la denición de Manuel Castells) ya no
representan la “Comuna de París” en el imaginario revolucionario, ya que “las
estrategias empresariales de rentabilidad y expansión de mercados son las
que procesan y modelan la revolución de las tecnologías de la comunicación
y las nuevas culturas de comunicación autónoma”5. Al mismo tiempo que
también son cooptadas, sin hesitación ni diplomacia alguna por las agencias
de inteligencia y control de los países centrales6.
2 De Moraes, Denis; Serrano, Pascual y Ramonet, Ignacio: Medios, poder y contrapoder. De la
concentración monopólica a la democratización de la información, Biblos, Buenos Aires, 2013, p. 22.
3 Moraes, Denis: Op. Cit., p. 22.
4 Vid. Castells, Manuel: Comunicación y poder. Editorial Alianza, Madrid, 2009.
5 Castells, M.: Op. Cit., p. 123.
6 Assange, Julian: Criptopunks. La libertad y el futuro de internet, La Marea, Buenos Aires,
2013.

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