Lo que dejó Violeta Parra en París - 9 de Julio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 685482945

Lo que dejó Violeta Parra en París

El bar L'Escale se nota pequeño a través de los ventanales (abrirá esta noche), pero aún es posible imaginar aquí escenas que la familia Parra mantiene vivas en libros que abordan la ciudad que la matriarca de la Nueva Canción Chilena habitó entre 1961 y 1964: a la Violeta Parra con su guitarra de palo, presentándose como ninguna mujer se atrevía a hacerlo. A la Violeta rodeada de estudiantes ruidosos, bebiendo y tarareando canciones de pachanga como Se va el caimán. Y la mejor de todas: a la Violeta, chica pero aniñada, haciéndolos callar para que escucharan la tonada que traía de campos remotos, porque el folclore -fuese en París o Tombuctú- no era ná'chacota.

El ejercicio de imaginarla en L'Escale 50 años después de su paso por este lugar también es asunto de Delphine Grouès (36), la parisina más chilena que vive en Odeón. Dice que hace lo mismo cada vez que pasa por fuera de este local donde -cuenta- todavía se recuerda el fuerte carácter de Violeta.

Con los audífonos puestos, presiona play para que suene Run Run se fue pal norte y tararea una de sus canciones favoritas. "Aquí estás Viola", murmura en una calle que, contrastada con viejas fotos, parece tener más tiendas de souvenir y locales de comida rápida, pero que conserva todavía su hermosa y romántica arquitectura.

Delphine -melena rubia y ojos claros- tenía 20 años cuando una profesora del King's College de Londres llevó a su clase de cultura y política del cono sur un disco de Violeta. Y mientras escuchaba Yo canto a la diferencia, ella -que estaba siguiendo el ramo Estudios Hispánicos- quedó flechada para siempre. "Fue como un enamoramiento. Algo profundo en esa música y en ese texto me erizó la piel", dice. Entonces, quiso ir más allá. Decidió hacer su tesis de doctorado sobre la tradición popular desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, y viajó varias veces a Chile, para pasar días enteros en el Archivo de Literatura Popular de la Biblioteca Nacional. Ahí comprendió las múltiples dimensiones de Violeta. "Es una mensajera y a la vez una heredera de la expresión del pueblo. Un universo donde está la cantora y la artista visual autodidacta, pero también la recopiladora de los cantos de los campesinos, la amiga de los guitarroneros y la mujer capaz de traducir todo eso en décimas propias como compositora", dice Delphine, que actualmente es directora ejecutiva de Estudios de Sciences Po, el Instituto de Estudios Políticos de París.

Sigue caminando por Monsieur Le Prince inspirada en los pasos de la mujer a la que no conoció personalmente, pero que recuerda como si fuera un ser querido. A Delphine la acompaña el cineasta Daniel Sandoval, quien realizó -junto con Ángel Parra- el documental Violeta más viva que nunca, que el hijo de Violeta alcanzó a presentar en Chile poco antes de morir y que se filmó en parte en París.

"La Violeta tejió una historia en esta ciudad. En estas calles hay un corazón", dice Daniel y ajusta su abrigo.

Bonjour París

El documental Violeta más viva que...

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