'Hay que dejar de gobernar en base a la sorpresa y al secretismo, y volver a gobernar en base a la confianza'
-¿Qué develó la difícil situación que vivió el ministro?
-El secretismo siempre es malo. Si alguien aconseja a la Presidenta sorprender al país, o a su propio equipo, cada cierto tiempo, le está dando muy malos consejos. Ahora sorprendieron al propio ministro del Interior, y eso no puede ser. Hay que dejar de gobernar en base a la sorpresa y al secretismo, y volver a gobernar en base a la confianza; si lo que ha resentido el país es la confianza. Ese es el tema de fondo detrás del episodio de La Araucanía. Hay que cuidar a la persona de la Presidenta, y a la institución de la Presidencia, sobre todo su relación con su equipo político, lo que tiene una fuerza más importante y una formalidad republicana más significativa que el Segundo Piso.
-El presidente de la DC pidió el lunes a la Mandataria una "mayor confianza" en los partidos, y usted, cuando era presidente de la DC, reclamó que no había podido conversar con la Mandataria por meses. ¿A qué lo atribuye?
-Ha existido una cierta percepción, compartida no solo en la DC, sino que en los distintos partidos de la Nueva Mayoría y a veces en el propio Gobierno, de que la Presidenta se ha ido aislando. Esto es malo, porque los liderazgos tienen un componente personal, pero también una dimensión de trabajo colegiado. Y por tanto, la relación de la Presidenta con su gabinete, y con los partidos, debiera recomponerse en un sentido más virtuoso, que nos permita sentirnos parte de un mismo esfuerzo.
-¿Por qué existe esa percepción?
-No sé la razón, puede tener que ver con que le ha tocado un año muy difícil, eso es por lo menos un atenuante. La principal perjudicada es ella misma, y lo digo en buena: esta mesa de tres patas, Gobierno, Parlamento y partidos, requiere de un equilibrio que se ha ido resintiendo. Y los episodios que hemos visto dan cuenta de ese desencuentro. Y no podemos conversar con titulares de diarios, con trolleos de Twitter, tenemos que conversar cara a cara con la Presidenta. Es insustituible el propio liderazgo de la Presidenta, y por eso me preocupa que la desaprobación haya subido de 20% a 71%, y la aprobación haya bajado de 54% a 24%.
-¿Quién es el responsable de recomponer esa relación?
-Todos somos responsables, pero quisiéramos sentirla más cercana y quisiéramos que nos sintiera ella más cercanos, para poder realmente tener un rumbo que nos permita ordenar la acción del Gobierno. La cercanía produce un camino virtuoso; y la distancia, los ruidos que hemos conocido. Entiendo que en el segundo tiempo viene un cambio de actitud. El país no tolera un segundo tiempo con la improvisación y desprolijidad del primer tiempo, este es un momento de rectificación, no podemos seguir haciendo más de lo mismo.
-Ya van seis meses del denominado "segundo tiempo", que comenzó con el cambio de gabinete. ¿Hasta qué punto debe rectificar La Moneda, como lo piden desde su propia colectividad?
-La Presidenta Bachelet dijo que el 2015 había sido el peor de sus años de Gobierno. Hay cosas que rescatar: el...
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