Las definiciones del fiscal de la zona roja
Hace algunas horas murió Hernán Allende (48). Luego de 14 días internado en el Hospital Regional de Temuco, con el 40% de su cuerpo quemado y las vías respiratorias comprometidas, el agricultor sufrió un paro cardiorrespiratorio, a pocos metros de su esposa, Delia Flores (49), que continúa con riesgo vital en el mismo recinto. Ambos fueron víctimas del ataque incendiario que destruyó su casa y las vidas de la familia la noche del 19 de septiembre, en la comuna de Carahue. Un delito, explica el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido Bedwell (45), del que no había registros desde el caso Luchsinger-Mackay, el año 2013.Hoy es lunes. Son casi las nueve de la mañana y Roberto Garrido, fiscal regional de La Araucanía, está sentado en su oficina. Ayer recibió la noticia de la muerte de Hernán Allende. Sobre su escritorio y en su computador hay carpetas que se apilan al mismo tiempo que los hechos de violencia rural se extienden como gangrena sobre el mapa de la región. Las cifras son desoladoras: solo en el primer semestre de este año se habían registrado 866 hechos de violencia en toda la Macrozona Sur. Un 94% más que durante el mismo periodo del año 2020, y la mayoría de ellos ocurridos en La Araucanía. Y si bien la cantidad de droga confiscada en la zona continúa siendo baja en comparación a regiones como Tarapacá o Metropolitana, el aumento de las incautaciones ha sufrido un alza de 143% en comparación al primer semestre del año pasado.En este contexto, y sumado a las críticas por los pocos resultados de las investigaciones llevadas por el Ministerio Público -que apenas ha resuelto en condena el 1,3% de las causas abiertas por violencia rural entre el año 2018 y el 2020-, el abogado, y hasta entonces fiscal jefe de la Unidad de Derechos Humanos, Roberto Garrido, decidió postular a este cargo. Su familia fue la primera en preguntarle si estaba seguro de dar ese paso.-La preocupación iba por el "si este cargo no lo quiere nadie" -recuerda el fiscal Garrido, que desde junio de este año lidera la fiscalía de La Araucanía-. Si estaba bien donde estaba, ¿para qué salir de esa zona de confort? Y claro, el interés para postular a este cargo no fue mayor. Éramos cuatro postulantes. Eso refleja que el tema es complicado, pero, ¿por qué hacerle el quite?Los otrosRoberto Garrido dice que durante su infancia en Las Higueras, en Talcahuano, jamás pensó en convertirse en abogado. Que en su familia no hay ninguno. Que solo su padre había pasado por la universidad, donde estudió ingeniería en ejecución metalúrgica, pero la ejerció poco tiempo. Su madre, cuenta el fiscal, era dueña de casa. Y ambos abrieron un almacén y amasandería durante los años 80, que se convirtió en el sustento familiar que permitió que él y sus dos hermanas menores estudiaran en el colegio privado de la Alianza Francesa de Concepción. Todos los esfuerzos, dice, estaban dedicados a una educación que, pese a su calidad y exigencia, hizo agua ese día en la sala del preuniversitario.Garrido lo recuerda: el profesor pasando la lista del curso.-Hasta que nombró un apellido mapuche -dice el fiscal en su escritorio-. Todos se rieron. Yo también. Es una anécdota que me hace sentir mal.El fiscal explica que recién tomó conciencia de la...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba