En defensa de las evaluaciones estandarizadas
| Autor | Richard P. Phelps |
| Cargo | Fundador del Nonpartisan Education Group, vicepresidente del Institute for Objective Policy Assessment, becado por la Comisión Fulbright y miembro del Laboratorio de Psicofísica. Autor de cuatro libros sobre pruebas estandarizadas, incluyendo Correcting Fallacies about Educational and Psychological Testing en conjunto con la Asociación ... |
| Páginas | 13-16 |
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SEPTIEMBRE 2022 / SERIE INFORME SOCIAL 194
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4. EN DEFENSA DE LAS EVALUACIONES
ESTANDARIZADAS
En suma, hasta aquí hemos visto que hay muchos ar-
gumentos a favor de las evaluaciones de los estudiantes.
Pero hablemos ahora sobre lo que pasa con las evalua-
ciones estandarizadas y cuáles son los argumentos a fa-
vor de ellas en particular. Partamos por decir que una
evaluación estandarizada es aquélla con al menos un
aspecto -de su contenido o administración- que es el
mismo para todos quienes la rinden.
A mi parecer, uno de los mayores benecios de las prue-
bas estandarizadas es que son una de las pocas maneras
en que las personas fuera del establecimiento escolar, es
decir, el público en general, puede saber lo que está pa-
sando al interior de éste y que no es información que
provenga del mismo. Por lo tanto, es información obje-
tiva que proviene de terceros y donde la fuente es sepa-
rada de los profesores y los educadores de las escuelas.
Pero, además, la principal ventaja de una prueba estan-
darizada es precisamente su estandarización. Hace 100
años las pruebas estandarizadas eran bastante novedosas
y se popularizaron tanto en el ámbito de la psicología,
como de la educación, pero la gente quería saber si éstas
eran superiores o en qué se diferenciaban de las notas de
los profesores en el aula o cómo podrían tener cabida en
un programa regular.
Fue así que los profesores Starch y Elliot (1912) se de-
dicaron a estudiar la conabilidad de las calicaciones
de los profesores. Primero, estos hicieron experimentos
con exámenes de inglés rendidos por alumnos que en-
viaron a 142 profesores distintos para que los calica-
ran. Cuando recibieron las notas se encontraron con
diferencias en la calicación de un mismo estudiante, la
que varió entre un 50% y 98%. Es decir, algunos docen-
tes estaban calicando el mismo trabajo de los estudian-
tes como reprobados y otros daban una nota bastante
superior. Luego realizaron el mismo experimento con
exámenes de geometría que enviaron a 116 profesores
y esta vez la variación en notas fue todavía mayor, en-
tre 28% y 92%. Muchos estudios como éste a principios
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