Deborah De Corral 'Soy una nerd disfrazada de mina'
Maquillaje y pelo: Yamo Zarlenga para Vardo Management.
Asistente de producción: Mume Boskovich.
-En Miami soy mucho más bajo perfil. Me conocen pero no como en Argentina. Hay gente que me conoce en mi nueva faceta gastronómica o gente, ya de mi edad, que vivió en Argentina en los noventa, que sabe quién soy, pero no tienen ni la edad ni el entusiasmo de pedirme una foto. Por ahí dicen: "!¿Vos sos Deborah De Corral?¡" y ya.
Deborah De Corral, modelo y conductora de televisión estrella en los años noventa en Argentina, y cantante pop, tres discos, nominada en su debut como solista a un Grammy Latino, un lunes de octubre, a media tarde, lanza una carcajada al teléfono.
Aunque tiene 42 años se ve -y se escucha- una década menor. Está en Buenos Aires, pero de paso. Hace dos años y medio vive en Miami junto a su pareja, un argentino de quien no revela su nombre.
-A efectos prácticos es mi marido -dice-. Nos vamos a casar a fin de año. Pero somos una pareja adulta. Estamos juntos ya ni sé hace cuántos años. Por eso le digo "marido". Me parece poco serio decirle novio o pololo porque tenemos 42 y 52.
Está cansada. Viene llegando de un viaje. Voló al norte de Argentina, donde grabó para "El mejor plan", el programa televisivo en el que recorre Uruguay y Argentina, que conduce para Discovery Home & Health, y luego a Neuquén, al restorán Saurus, de la bodega Schroeder, adonde fue invitada, como se ha vuelto frecuente, a cocinar.
Su "nueva faceta gastronómica" incluye haber sido rostro de programas gastronómicos -"Algo de mí" en ElGourmet.com y "Fuego" en Telefé- y una gran popularidad en Instagram, donde sube fotos de sofisticados platos de su autoría -entre los últimos, hay zucchini marinados en oliva y menta; rolls de pepino rellenos de salmón fresco, palta y espárragos con salsa ponzu-.
-Si bien, profesionalmente, en la cocina tengo menos tiempo, de cocinera autodidacta tengo más tiempo que cualquier otra cosa-dice.
Su vida ha sido así el último tiempo, con la cocina como su actividad principal. Planea abrir este año, asociada, en Miami, su propio restorán. Su debut no será desde cero: Hoy comanda un servicio de cocina itinerante que monta en la playa, en hoteles y restoranes.
Un rumbo que ha intentado conciliar con sus ambiciones musicales. A veces está cocinando, pero, a veces, también, haciendo promos de "Piel", el disco que lanzó a principios de año, su segundo como solista, y que no ha divulgado como quisiera. Hasta hace un par de años, De Corral se dedicó, por completo, a la música invirtiendo tiempo y recursos. Hasta que se dio cuenta de que la cocina le parecía más satisfactoria, dice. Incluso comercialmente.
-Si te va bien, la industria gastronómica es muchísimo más viable que la de la música. Y aunque la música siempre es mi primer amor, y no creo que "Piel" sea mi último disco, hoy la encaro con menos exigencias y desde un lugar de disfrute y no tanto de: "esta es mi carrera y la quiero llevar al máximo". Ya estoy como en otra.
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Deborah nunca estudió música, no fue a un conservatorio y aunque tomó algunas clases, no tuvo profesor.
-A medida que me empecé a juntar con músicos más experimentados fui aprendiendo cosas de ellos -dice.
La primera vez que incursionó en la música lo hizo acompañada por quien fuera su novio en aquel momento: Charly Alberti (ex baterista de Soda Stéreo). Con él, junto a la agrupación "Plum", editó un disco en 1995.
-Pero eso fue algo aislado -dice hoy-. Hice ese disco porque surgió esa oportunidad y además estaba envuelta en una relación con Charly Alberti. Y estuvo buenísimo. Aprendí a estar en...
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