Debate sobre el aborto - 15 de Septiembre de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 317421138

Debate sobre el aborto

Al menos hay tres discusiones distintas en el debate sobre el aborto y su penalización. Aunque las tres están relacionadas, cuando se confunden se hace muy difícil un entendimiento, y no es raro que alguna de ellas pase por completo inadvertida.

La primera es de índole médico-clínica e incide en el así llamado aborto terapéutico. Esta discusión gira en torno a la existencia de conflictos entre la vida de la madre y la de su hijo no nacido, en los que el médico estaría obligado por las circunstancias a causar la muerte de este último si quiere salvar la primera. En los casos de conflicto actual no habría mayor dificultad, pues en general se acepta una acción que tiene por efecto la muerte del no nacido, cuando dicha muerte no es el medio para obtener la curación de la madre. La discusión apunta más bien a la posibilidad de anticiparse a la situación de conflicto, sustituyendo una ponderación de las circunstancias del caso concreto por una decisión previa del legislador, que permita causar la muerte de la criatura antes de que se llegue a un conflicto actual o inminente entre ambas vidas.

La segunda discusión es filosófica, pues se refiere al estatus del no nacido en cuanto sujeto u objeto, y a su correspondiente consideración como persona en la sociedad. Esta dimensión incide especialmente en los sistemas de plazos o de indicaciones (eugenésicas, criminológicas, sociales) que se utilizan para permitir el aborto en ciertos casos. El punto de partida de estos sistemas es la autonomía de la mujer para decidir si tiene o no al hijo, el denominado "derecho a elegir". Se reconoce que la protección constitucional del no nacido impide aceptar una autonomía sin límites, pero se sostiene que ella debe respetarse si existen razones de peso. Entre éstas se encuentra desde la posible afectación del bienestar psicológico de la mujer hasta un empeoramiento de la calidad de vida de su familia. La discusión filosófica es inevitable, pues resulta evidente que estos últimos bienes sólo pueden salvarse a costa de la vida del no nacido si éste no es considerado como una persona en la sociedad. Aunque es obvio que la sociedad puede ocupar distintos conceptos de persona para diversos fines (la capacidad penal, por ejemplo, difiere de la civil), la pregunta es si bajo todos ellos no existe una personalidad innata y no disponible y, en caso de que exista -como afirman muchos teóricos de los derechos humanos-, si de ello se siguen consecuencias para la legitimidad de...

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