Dar un monto fijo, uno variable y evitar la tarjeta de crédito: las reglas de oro para la mesada universitaria
El paso del colegio a la educación superior conlleva una serie de gastos que impactan al presupuesto familiar. Cientos de universitarios estudian lejos de sus hogares, lo que implica pagar arriendo, cuentas y alimentación adicional a lo que se gasta en una casa. Lo mismo sucede con quienes se quedan en su ciudad de origen y que deben contar con un presupuesto mayor. Francisco Mendoza, gerente de banco Bci Nova, explica que en esta etapa los jóvenes ya no utilizan uniforme, la "ropa de calle" es más cara y se necesita mayor variedad. "Los gastos de locomoción aumentan, a veces hay que desplazarse a más de un lugar durante el día, y los gastos extras en materiales o fotocopias son un ítem a considerar. A su vez, este estilo de vida más independiente implica más vida social", dice.
En esta etapa, la mesada para los hijos se torna ineludible, explica María Cristina Marcet, gerenta de Sostenibilidad de Santander: "Una mensualidad mayor en la etapa universitaria se justifica, ya que los gastos de los hijos de esta edad aumentan en relación a los años anteriores".
¿Cómo definir un monto adecuado? Economistas y sicólogos coinciden en que este debe ser de acuerdo con la realidad económica y necesidades de cada familia, y para hacerlo también se deben considerar los gastos fijos y variables del adolescente. Así, dependiendo del destino de la mensualidad, va a ser el monto ideal para cada universitario: la carrera que estudie, cuán lejos se encuentre o el costo de la vida en la nueva ciudad.
Definir por escrito los ítems a pagar con la mesada
Si la mesada se dio constantemente desde los 10 años, dicen los expertos, gran parte de la labor de enseñar a manejar una cantidad de dinero más abultada está hecha. Aún así, la sicóloga Maribel Corcuera explica que es esencial que se dejen muy claros los ítems en los que será ocupada la mensualidad administrada por el o los hijos: "Es importante que se incluyan idealmente por escrito todos esos gastos y hacer un desglose para evitar malos entendidos".
Así, los expertos coinciden en que se debiera fijar un gasto fijo para pagar cuentas menores, movilización, recreación y alimentación, por ejemplo, y uno variable para fotocopias y materiales extra. Además, el monto fijo debe ser constante y coherente. Los especialistas sugieren entregar los recursos una vez al mes para que el joven anticipe cómo deberá distribuir el dinero cuando empiece a trabajar. Si el monto varía constantemente, el adolescente pierde la...
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