La curiosa frontera americana de Europa
Casi el 90 por ciento del territorio de la Guayana Francesa está ocupado por una tupida selva tropical y sus fronteras las delimita el agua: al norte, el océano Atlántico; y al este y oeste, dos ríos: Oyapock -límite con Brasil- y Maroni -con Surinam-.
El avión aterriza en Cayena, la capital, y apenas salgo siento una oleada de calor. "Es invierno -dice Lucien, el muchacho del Salón del Libro que ha venido a buscarme-, pero estamos en el trópico".
Conozco de climas tropicales (he nacido en uno de ellos), así que, mientras paso una mano por mi frente para secar el sudor, le respondo que me siento como en casa. Él replica: no hay otro sitio como este. Suena un poco pretencioso, pero pronto empiezo a darle algo de razón.
Aunque situada en el noreste de América del Sur, Guayana es una provincia de ultramar de Francia, por tanto pertenece a la Unión Europea. Aquí circula el euro y el idioma oficial es el francés, sin embargo no es la única lengua que se escucha. Este sitio es un cruce de culturas. A las comunidades indígenas autóctonas se sumaron europeos, población de origen africano, asiáticos que comenzaron a llegar a inicios del siglo XX y grupos de emigración más recientes: de Haití, Brasil, Surinam y países de lengua española. Es como una torre de Babel, pero -eso sí- el ritmo al que se mueven las cosas está claramente definido por la dulce lentitud propia del trópico. Lo noté en el aeropuerto y lo confirmo mientras espero la llave de mi habitación. Aunque no puedo molestarme: lentos son, es cierto, pero también sonrientes.
Mis amigos ya han llegado al hotel. Hablamos por teléfono, acomodo mis cosas y, al rato, ya estamos listos para ir a cenar, pero antes Lucien propone beber un Ti'punch o "ponchecito", el coctel típico hecho con ron nacional. En las Antillas francesas y la Guayana se produce el ron agrícola, distinto del que yo como cubana conozco. Para el coctel traen vasos, una botella de ron, sirope de caña y trozos de limón verde. Según Lucien, la costumbre es que cada uno prepare su propio Ti'punch. Prefiero que él se encargue. Y está bueno. Peligrosamente bueno, pienso mientras de la cocina empiezan a llegar olores a pescado, especias, carne, curry, camarones. La gastronomía tampoco escapó a la mezcla de culturas y esto huele que alimenta.
Piraguas y arañas
En la mañana salimos rumbo a crique Gabriel, afluente del río Mahury situado a 35 kilómetros de Cayena. La idea de navegar en piragua es emocionante. Llegamos al punto de partida y, mientras esperamos al resto del grupo, nuestra guía invita un café y a elegir chaleco salvavidas. "Por si acaso; nunca se sabe", dice.
Estamos en un carbet, que es como se llama esta...
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