¿Y qué culpa tiene el metro? - 27 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 820664277

¿Y qué culpa tiene el metro?

Crecen las señales que inducen a pensar en premeditación, coordinación, en el deseo de destruir el metro, imagen exitosa en una América Latina de tantas carencias en infraestructura que la alejan del desarrollo. Habrá que esperar si las investigaciones, aunque tarden en encontrar respuestas, demuestran intencionalidad en el daño.Era lo que habíamos hecho mejor. No podíamos vanagloriarnos de la salud pública ni de la educación pública, ni menos de la vivienda social, pero sí podíamos exhibir una red central de transporte subterráneo que, de año en año, iba acercando los barrios para hacer de ellos una ciudad.Mientras Santiago, en su crecimiento incesante, explotaba en realidades cada vez más lejanas y diferentes, hasta llegar a ser invisibles unas de otras, fue el metro el que comenzó a restaurar el espíritu de una urbe compartida, con sus aporte de estaciones de arquitectura y obras de arte relevantes, un patrimonio contemporáneo.No debe menospreciarse el esfuerzo en agua y alcantarillado, ni en luz eléctrica, escasos en tantas ciudades, incluso capitales de nuestra misma región, porque también fueron adelantos que aportaron a una mejor integración. Son servicios, y fundamentales, pero solo el tren subterráneo cumplía un rol de acercamiento.No han faltado los que han encontrado en ello una posible causal de la creciente delincuencia urbana, aunque información existente lo desmiente; los hechores, que antes se podían movilizar en microbuses, ahora se trasladan en vehículos particulares, aunque robados en su mayoría.Joaquín Edwards Bello, a propósito de nuestras costumbres, más de una vez escribió del chileno de apariencia mesurada que al menor pretexto deja a la vista una condición propicia a los excesos e incluso a la crueldad: "Nuestro principal deporte consiste en destruir"... En parte eso es cierto, y el mobiliario urbano de Santiago tiene una vida más corta que en muchas ciudades extranjeras, como han comprobado, dolorosamente, las...

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