La cuestión mapuche - 20 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 593943654

La cuestión mapuche

La realidad no es esa, nada de ello ocurre. Estuve la semana pasada con mi familia, entre otros lugares, en Arauco, Contulmo, Purén, Lebu, Lumaco y Capitán Pastene (un lugar encantador). La población de esos lugares, al igual que la del resto del país, está plenamente integrada a Chile y tiene sus mismos anhelos y problemas, lo que es fácil de concluir al conversar con la gente. Todos quieren más oportunidades de empleo, educación de mayor calidad, mejores sueldos y vivir tranquilos. Se reconocen como chilenos y sus niños visten la camiseta de Alexis Sánchez independientemente de su etnia.

Claro, tienen un problema que en el resto de Chile no existe. La violencia allá no es solo delictual, de esa tenemos de sobra en todas partes, sino también terrorista. Pequeños grupos armados perpetraron atentados incendiarios en cada uno de los lugares que nombré en el lapso de una semana. Sus objetivos fueron generalmente camiones que cargan productos forestales, la actividad que le da sustento a la mayoría de la población por esos lares. Más al sur, en plena Araucanía, se asaltan y queman también casas y predios agrícolas.

Los afectados de esta violencia terrorista son gente de trabajo, choferes o dueños de camiones que realizan faenas para las empresas forestales, o pequeños y medianos propietarios agrícolas y sus familias, gente que ve cómo el fruto de su trabajo se desvanece por acción de criminales.

El mayor problema es la inseguridad con que viven, la fragilidad de sus existencias.

Pero esta fragilidad no es fruto de un conflicto centenario ni de reivindicaciones territoriales ni de anhelos de reconocimiento de un estado plurinacional y otras patrañas que grupos minúsculos con financiamiento internacional reclaman.

Es consecuencia de la falla de el Estado, ese que nos dará derechos universales gratuitos a cuanta cosa se nos ocurra, según nos prometen los flautistas de la nueva Constitución, pero no es capaz de cumplir en esos lugares de Chile con su obligación mínima, básica, la que le dio origen: mantener el orden público y proteger a los ciudadanos.

Los esfuerzos del ministro Burgos son encomiables, aunque claramente insuficientes. Parece arar en el mar en medio de un gobierno al que el tema le importa poco y que...

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