Las cuentas pendientes de Claudio Orrego - 8 de Octubre de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 324455051

Las cuentas pendientes de Claudio Orrego

"No sé a qué voy a competir, pero alguna pelea voy a dar".

Es la tarde de un miércoles. En una sala hay unos 20 dirigentes vecinales de Peñalolén. Algunos están enojados. Miran la hora y cuando Claudio Orrego llega, apenas lo saludan. El alcalde se excusa por el atraso, se sienta en la cabecera de la mesa e inicia su rutina casi semanal de escuchar las quejas de los vecinos, desde problemas por narcotráfico y delincuencia a peleas por una reja mal puesta.

Orrego, vestido con su chaqueta roja sin mangas, escucha, anota, se defiende, responde.

Es la tercera reunión del día. En la mañana estuvo con el contralor, Ramiro Mendoza, después con sus asesores de la municipalidad. A la tarde tiene una entrevista y luego otra reunión. "Ahora me canso más que antes, no me da el cuero", dice serio.

-¿A qué hora se levanta?

-Seis y media.

-¿Y llega?

-Chuta, no quiero mentir porque me van a sacar la cresta en la casa... Pero tarde. Estoy tratando de dejar un par de días para llegar más temprano. Tarde es a las 12 y media y cuando llego temprano es como a las ocho. Trato de dejar dos noches en la semana sin reuniones, pero cuesta cumplir.

-¿Se lo exigen en la casa?

-Más que pedírmelo, me he dado cuenta que lo necesito, porque pese a que trato de ser un padre presente, igual uno se pierde cosas, además que igual necesito descansar un poco más, necesito regular un poco, para no andar tan irascible, para motivar a mi gente en vez de retarla.

Orrego tiene cuatro hijos y está casado con Francisca Morales hace 20 años, sus polola desde el colegio.

-¿Se siente en deuda con su familia?

-Hay algo de sentir que uno no les da todo el tiempo que se merecen a los hijos. Ahora bien, creo que no me he perdido nada importante de ellos. No te digo que voy a todas las reuniones de apoderados, pero voy a hartas. Otro ejemplo, una cosa que yo sufrí cuando chico: mi papá nunca me fue a ver competir; yo, en cambio, a mis hijos sí los voy a ver, al vóleibol, al básquetbol, en fin, he aprendido a dedicarles tiempo de calidad para compensar mis ausencias... y para qué decirte la señora, ese es el flanco débil que uno tiene en este trabajo. Uno anda muy obnubilado con lo que hace y yo creo que el gran dolor de ella, y a mí me da una pena infinita causárselo, es que me dice: "A veces es como que tú no me vieras", y cuando uno no ve a la persona que más ama en la vida, es súper duro.

El alcalde lo dice con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Ha tenido problemas con ella por eso?

-Hemos...

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