En Cuba también paga Moya - 27 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 631641141

En Cuba también paga Moya

Por lo pronto, el general Castro se embolsicó al mediático Obama, quien concibe su visita como inicio de un largo proceso de transición. Es un proceso incierto y vago, que deja tranquilos a los hermanos: hay tiempo para privatizar empresas a su antojo, blanquear fortunas, borrar su huella guerrillera en el mundo y agenciar carta blanca para que ellos y sus descendientes puedan disfrutar tranquilos sus jubilaciones y recursos financieros tras un experimento de ya pronto seis décadas.

Suele decirse que Estados Unidos no tiene aliados, sino solo intereses, y muchos cubanos de la disidencia y el exilio deben sentirlo hoy así. Obama rompió con el pasado, una tradición y un compromiso. A él le interesa que el desguace del socialismo se realice en orden y sin migraciones masivas (como lo planteé hace años en "Halcones de la noche"), que sus inversionistas, empresarios y turistas regresen a Cuba a competir con la influencia canadiense, europea y china, y que la isla vuelva a su esfera económica y cultural, aunque esta última ha sido históricamente una interacción de ida y vuelta, de modo que es imposible entender a EE.UU. sin lo cubano.

Así como Erich Honecker prefería dialogar con Bonn antes que con su pueblo, los Castro prefieren estrecharle la mano a Obama antes que a los cubanos. Los dictadores conviven mejor con otros países que con sus ciudadanos, porque el diálogo con estos implica reconocerlos, pérdida de poder y negociar sobre el futuro, en especial, sobre elecciones y justicia.

Si en Chile persiste la demanda por justicia durante los 17 años de dictadura militar, uno puede imaginar cuánta demanda habrá en Cuba tras casi 60 años de totalitarismo. ¿Quién asumirá la responsabilidad de los cubanos ejecutados, torturados, exiliados, desaparecidos o muertos en las guerras de los Castro? ¿Quién será responsable por la decisión de expropiar todas las empresas de EE.UU. y cerrar así el acceso a un mercado ubicado a 90 millas de Cuba, y cometer la locura de aliarse con la URSS, en el otro extremo del globo...

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